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Smart Data

El paso de la teoría a la práctica depende de cuán adecuada es la operacionalización de los conceptos y definiciones de la primera.

Smart Data, en la mayoría de los blogs, se considera como un proceso diferente al de Big Data, de apariencia más avanzada. Para nosotros, Smart Data es el producto mismo de Big Data. Mientras que Big Data es incluso un sistema de información, Smart Data es un subconjunto de datos e información descubierto y creado gracias a la operación de Big Data. Pero no es cualquier grupo de datos.

Algunos detalles sobre Big Data

Cuando detallamos qué es Big Data, llegamos, primero, a que es un cluster de tecnologías; segundo, a que es un proceso, incluso un paradigma, de análisis; y, finalmente, lo logramos entender como un sistema de información. Es decir, Big Data no se trata solo de computación (aunque la necesita sin duda alguna), sino de varios sistemas complejos, humanos y artificiales, trabajando y comunicándose entre sí. Así, Big Data es amplio, flexible y contextual y son estas características que hacen que pueda ser implementable en cualquier tipo de organización con sus particularidades propias.

A grandes rasgos, el flujo de información en Big Data consta de tres etapas que son: Capturar, ETL y Analizar. La primera etapa registra y almacena grandes volúmenes de datos, de clases y formas muy variadas, a alta velocidad. Estas actividades son susceptibles a errores y ruido por lo que no todo lo que se captura es veraz o posee valor. Es por ello que la segunda etapa provee, entre otras, las actividades de preprocesamiento cuyo objetivo es limpiar y mejorar la calidad de los datos (García et al, 2015). Finalmente, la última etapa, cuando se usa y aplica modelamiento avanzado, es la que identifica, descubre o crea Smart Data.

¿Qué es Smart Data?

Según Kalinin et al (2015), Smart Data es el resultado de cualquier máquina inteligente o algoritmo de Machine Learning siempre y cuando Big Data haya sido extendido a Deep Data. Deep Data es un nivel más complejo de Big Data que se alcanza cuando se incorporan resultados teóricos y científicos. Esto es posible, por ejemplo, en física, biología, genética, etc. en donde ya se disponen de sistemas inteligentes como las Physics-Informed Neural Networks (Raissi, 2019, Qian et al, 2020, Karniadakis et al, 2021, entre otros) para el estudio de sistemas dinámicos complejos.

Sin embargo, según esta definición, las demás áreas del conocimiento humano que no poseen conocimientos formales sólidos y robustos no podrían permitirse esta extensión de Big Data y en consecuencia no gozar del resultado y el valor de Smart Data.

Teorías Middle-Range

En ciencias sociales, las teorías Middle-Range permiten consolidar hipótesis esparcidas y regularidades empíricas en cuerpos de conocimiento no tan abstractos y de no tan largo alcance (Bailey, 1991). Dicho de otra manera, debido a que no existe un gran cuerpo teórico robusto en ciencias sociales, el método más común es comenzar por abordar fenómenos empíricos específicos, plantear hipótesis de su causalidad teórica y finalmente validarlas usando datos (Merton & Merton, 1986). Aunque este se parece mucho al método científico, su alcance es mucho más limitado en generalidad, de ahí su nombre.

Regresando a la búsqueda de Smart Data, la incorporación de las teorías Middle-Range es una posible solución para aquellas ciencias, ingenierías y áreas del saber que no poseen cuerpos teóricos científicos altamente desarrollados. Es decir, no se trata de procesar datos por procesar, es necesario observar los fenómenos que ocurren en el contexto, en el día a día de las organizaciones, definir modelos que expliquen relaciones causales entre variables y, sobretodo, con el sistema de información Big Data verificar que esas relaciones sean las adecuadas. En efecto, no es una tarea sencilla.

Las particularidades de Smart Data

Smart Data está entre los dos macro componentes de todo sistema de información: en el sistema humano y el sistema computacional. Smart Data puede ser identificado en base a tres características que giran alrededor de su veracidad y su valor (García-Gil, 2019). Estas características son:

  • Accuracy: calidad y precisión para generar valor organizacional.
  • Actionability: permite definir acciones escalables que maximicen un objetivo organizacional.
  • Agility: disponibilidad en tiempo real que permita la adaptación a las fluctuaciones del contexto organizacional.

Es decir, Smart Data está completamente arraigado a la organización y su contexto, ya que es altamente dependiente de su pertinencia para las personas que lo usan e interpretan. Si bien Smart Data se obtiene usando cuerpos teóricos para un modelamiento avanzado, este procedimiento garantiza su veracidad (sobre todo su accuracy). Mientras que su valor depende sin duda de las personas que toman decisiones (accuracy), fijan el rumbo (actionability) y conducen (agility) a la organización.

¿Para quién es Smart Data?

Nuevamente: para todo el equipo humano de la organización. Smart Data es lo más preciso posible, describe detalles operativos, tácticos y estratégicos de la organización. En efecto, no solo contiene valor estratégico, que permite fijar o adecuar los objetivos y políticas de largo plazo, sino también permite su operacionalización a cualquier grado de detalle, en cualquier departamento de la organización, a mediano y corto plazo.

En sí, la búsqueda de Smart Data es análoga a la de buscar una aguja en un pajar. Sin embargo, si damos con él, los beneficios organizacionales son inmensos. Su adquisición es difícil, pero no imposible. Demanda muchos recursos cognitivos y computacionales, pero sus características lo valen.  Finalmente, hay que tener claro que un grupo de datos que califica como Smart Data en una determinada organización, podría no serlo para otra.

Referencias

Bailey, K. D. (1991). Alternative procedures for macrosociological theorizing. Quality and Quantity, 25(1), 37-55.

García, S., Luengo, J., & Herrera, F. (2015). Data preprocessing in data mining (Vol. 72). Cham, Switzerland: Springer International Publishing.

García-Gil, D., Luengo, J., García, S., & Herrera, F. (2019). Enabling smart data: noise filtering in big data classification. Information Sciences, 479, 135-152.

Kalinin, S. V., Sumpter, B. G., & Archibald, R. K. (2015). Big–deep–smart data in imaging for guiding materials design. Nature materials, 14(10), 973-980.

Karniadakis, G. E., Kevrekidis, I. G., Lu, L., Perdikaris, P., Wang, S., & Yang, L. (2021). Physics-informed machine learning. Nature Reviews Physics, 3(6), 422-440.

Merton, R. K., & Merton, R. C. (1968). Social theory and social structure. Simon and Schuster.

Qian, E., Kramer, B., Peherstorfer, B., & Willcox, K. (2020). Lift & Learn: Physics-informed machine learning for large-scale nonlinear dynamical systems. Physica D: Nonlinear Phenomena, 406, 132401.

Raissi, M., Perdikaris, P., & Karniadakis, G. E. (2019). Physics-informed neural networks: A deep learning framework for solving forward and inverse problems involving nonlinear partial differential equations. Journal of Computational Physics, 378, 686-707.

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Gestión del conocimiento y Big Data

Como habíamos señalado en nuestro anterior artículo sobre Big Data, “Todo proyecto de Big Data se guía en un interés claro por parte de la organización o individuo que requiere solucionar, o al menos esclarecer, un problema dado”. 

Esto permite considerar que los procesos en los que Big Data es necesario, son contextuales, incluso coyunturales, con respecto a la estrategia, los objetivos y las operaciones de una determinada organización.

En consecuencia, es importante considerar al Big Data como un eje de la Gestión de información y conocimiento. Pero antes, recordemos, primero, qué es conocimiento, información y datos; segundo, a qué hacemos referencia con el concepto de sistema de información; y, con todo esto, será más clara la relación entre Big Data y Gestión de información y conocimiento.

Datos-Información-Conocimiento

La relación datos-información-conocimiento es una relación incremental, evolutiva (Aduin et al, 2015; Javanmardi et al, 2021):

  • Los datos hacen referencia a mediciones o registros del comportamiento o estado de una entidad de la realidad. El dato es fijo, incambiable, por que fue observado y registrado por un instrumento adecuado; como se presentó.
  • Luego, los datos son transformados en información gracias a datos adicionales, llamados metadatos, que estructuran y moldean a los datos y que permiten interpretarlos por las personas. Es decir, la información, a grosso modo, son datos cargados de interpretación para una o más personas en un contexto personal, cultural y organizacional determinado.
  • Finalmente está el conocimiento que es producido, modificado, intercambiado y posiblemente eliminado, gracias al procesamiento neuronal de las personas. El conocimiento moviliza personas para realizar cualquier actividad que esté dentro de sus capacidades

¿Qué es un sistema de información?

Un sistema de información no es solo un sistema computacional. En efecto, esta errada concepción proviene de una visión puramente tecnológica que mira al conocimiento como un objeto independiente de la persona que lo crea y usa, y que por tanto puede ser almacenado y transmitido. Es más, este mismo paradigma define a la Gestión del conocimiento en términos de procesos computacionales y bases de datos.

Sin embargo, un sistema de información, junto a un sistema de conocimientos, incluye un subsistema computacional, y se encuentra inmerso dentro del contexto de un super-sistema socio-tecnológico de una organización con personas, equipos, actividades y procesos específicos. Este es el enfoque gerencial y sociológico de la Gestión de información y conocimiento (Grundstein et al, 2014; Arduin et al, 2015; Grundstein, 2019). Aquí, el centro del sistema completo lo componen las personas y el subsistema digital informático, que no pueden ser separados de su contexto organizacional.

Big Data - ATUK

Esquema adaptado de Grundstein (2019, p.11).

Un sistema de información está compuesto, entre otros, por un subsistema computacional que ayuda a la transmisión, almacenamiento y difusión de datos, que serán transformados en información, es decir, interpretados, por el equipo humano y que finalmente permitirá a las personas crear conocimiento.

Un sistema computacional asegura la consistencia del trabajo de un equipo de la organización. Este es un artefacto basado en datos, información, computación, telecomunicaciones e inteligencia artificial (Atif, 2017).

Un sistema de conocimientos consiste, por un lado, de todo el conocimiento encarnado en las personas y, por otro lado, del codificado en cualquier forma física (fotos, texto, video, audio, etc.). Solo el conocimiento de esta última categoría puede ser transmitido, almacenado, procesado y difundido por el sistema computacional.

En resumen, un sistema de información completo interconecta a las personas que, en un contexto dado, acceden y procesan datos, gracias a un sistema computacional, y los dan sentido bajo la forma de información. Parte de esta información puede ser transmitida, almacenada, procesada y difundida por las mismas personas o por el sistema computacional. Es decir, la información es más que datos y, gracias al sistema de conocimientos, el conocimiento es más que información.

Big Data es un Sistema de información

Big Data no es una tecnología simple, incluso es más que un proceso: es un sistema de información. En efecto, Big Data no se puede reducir a una nueva, o vieja, tecnología o incluso varias. Big Data no se realiza sin objetivos e intereses claros y bien definidos. Big Data requiere un entorno organizacional. Big Data es conducido por personas con la ayuda de sub-sistemas computacionales.

Las dos primeras etapas, Capturar y ETL, de Big Data como un proceso, han permitido la automatización de las tareas que más consumen recursos en el flujo de información. En 2016, Forbes reportó que la mayor parte (aprox. 80%) del esfuerzo de los analistas de datos se concentra en la preparación, limpieza y estructuración de datos. Este fenómeno sigue vigente, aunque con menor intensidad (aprox. 45%), según una encuesta realizada por Anaconda e informada por Datanami en 2020.

Sin embargo, la última etapa de Big Data, que es Analizar, nos permite observar que Big Data no puede ser completamente automatizable. En sí, esta etapa requiere los niveles cognitivos más profundos (Anderson & Krathwohl, 2001; Krathwohl, 2002) y por tanto la hace más dependiente de las capacidades y habilidades del equipo humano que consume los datos e información. Nos referimos a las capacidades analíticas, evaluativas y de creación de información. Un estudio empírico realizado por Harvard Business Review en 2018 muestra que las habilidades requeridas por los analistas no se centran en el uso de sistemas computacionales avanzados sino en el aprendizaje (humano) continuo coyuntural y la buena comunicación debido a que se requiere responder preguntas de interés organizacional explicando resultados complejos a actores no técnicos. Esto se refleja también en la actualidad en la encuesta de Anaconda (2020), en donde, cerca de un quinto del tiempo del analista (aprox. 21%) es invertido en la visualización de información. En fin, estos informes son confirmados por Dong & Triche (2020) que muestra que la bolsa de empleo de analistas de datos demandan cada vez más capacidades en la gestión y manejos de datos (aprox. 50%) y conocimientos estadísticos y capacidades de modelamiento y estructuración de datos (aprox. 50%).

En conclusión, una mirada detallada hacia Big Data nos revela que este trasciende las fronteras de un simple concepto o tecnología, supera la definición de paradigma teórico al encajar pertinentemente en el marco práctico de la Gestión del conocimiento como un sistema de información dotado de varios subsistemas computacionales y tecnológicos interoperables cuyo propósito es la efectiva difusión de datos hacia las personas adecuadas que los interpretarán y convertirán en información para, posteriormente, generar nuevo conocimiento personal y social, extendiendo sin duda el contexto organizacional en donde está inmerso.

Referencias

Anderson, L. W., & Krathwohl, D. R. (2001). A taxonomy for learning, teaching, and assessing: A revision of Bloom’s taxonomy of educational objectives. Longman.

Arduin, P. E., Grundstein, M., & Rosenthal-Sabroux, C. (2015). Information and knowledge systems (Vol. 2). ISTE.

Atif, L. (2017). P©, une approche collaborative d’analyse des besoins et des exigences dirigée par les problèmes: le cas de développement d’une application Analytics RH (Doctoral dissertation, PSL Research University).

Dong, T. & Triche, J. (2020). A Longitudinal Analysis of Job Skills for Entry-Level Data Analysts. Journal of Information Systems Education, 31(4), 312-326.

Grundstein, M., Arduin, P. E., & Rosenthal-Sabroux, C. (2014). From Information System to Information and Knowledge System. In Italian Chapter of the Association for Information Systems (itAIS).

Grundstein, M. (2019). Toward Management Based on Knowledge. In Current Issues in Knowledge Management. IntechOpen.

Javanmardi, E., Liu, S., & Xie, N. (2021). Exploring the philosophical foundations of grey systems theory: Subjective processes, information extraction and knowledge formation. Foundations of Science, 26(2), 371-404.

Krathwohl, D. R. (2002). A revision of Bloom’s taxonomy: An overview. Theory into practice, 41(4), 212-218.

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El estallido científico en los páramos

Ecosistema Paramos - ATUK

Figura 1. Los páramos se extienden en los Andes del Norte en Sudamérica, desde el norte de Perú, a través de Ecuador, Colombia, noroeste de Venezuela, y hasta Costa Rica. Fuente: Correa et al., 2020.

Los páramos son ecosistemas estratégicos que juegan un papel esencial en los ciclos regionales y globales de agua, carbono y nutrientes. Son consideradas como torres de agua y proveedores de servicios ecosistémicos desde las montañas hacia las tierras bajas de la vertiente Pacífica, Caribe y Amazónica. También, los páramos son centros de biodiversidad y de patrimonio natural y cultural para las poblaciones locales, y son altamente vulnerables a las actividades humanas y a los cambios ambientales y climáticos. Sin embargo, a pesar de su importancia y vulnerabilidad, apenas tres décadas atrás los páramos eran regiones poco estudiadas. En las últimas dos décadas, un esfuerzo regional multisectorial e interinstitucional ha generado un estallido de investigación científica cubriendo desde las ciencias naturales hasta las ciencias sociales.

Ecosistema Paramos - ATUK

Figura 2. El crecimiento de las investigaciones sobre los páramos y la explosión científica en las últimas décadas. Fuente: Correa et al., 2020.

En este compendio de investigación científica, mostramos algunos de los hallazgos más importantes generados en las últimas dos décadas en torno a agua, carbono, clima, y ecología de los páramos, principalmente en el Ecuador.

Sarmiento (2000) cuantifica los componentes del balance hídrico en los páramos venezolanos.

Sklenar & Ramsay (2001) investigan la diversidad de la vegetación zonal de los páramos en Ecuador.

Mena et al. (2001) publican un primer análisis de los páramos en el libro “Los páramos del Ecuador” en miras a un proyecto regional de páramos andinos.

Poulenard et al. (2001) realizan estudios de erosión de suelos por escorrentía usando simuladores de lluvia en un páramo ecuatoriano.

  • Link: Poulenard, J., Podwojewski, P., Janeau, J.-L., & Collinet, J. (2001). Runoff and soil erosion under rainfall simulation of Andisols from the Ecuadorian páramo: Effect of tillage and burning. Catena, 45(3), 185–207. https://doi.org/10.1016/S0341-8162(01)00148-5

Hofstede et al. (2002) reportan los impactos de las plantaciones de pino sobre los suelos y la vegetación de los páramos ecuatorianos.

Buytaert et al. (2002) evalúan los impactos de las actividades humanas sobre las propiedades de los suelos de un páramo al sur del Ecuador.

  • Link: Buytaert, W., Deckers, J., Dercon, G., Bièvre, B. D., Poesen, J., & Govers, G. (2002). Impact of land use changes on the hydrological properties of volcanic ash soils in South Ecuador, Soil Use and Management. http://dspace.ucuenca.edu.ec/handle/123456789/22202

Podwojewski et al. (2002) realizan un análisis de los efectos del sobrepastoreo sobre la vegetación y los suelos de los páramos del norte de Ecuador.

  • Link: Podwojewski, P., Poulenard, J., Zambrana, T., & Hofstede, R. (2002). Overgrazing effects on vegetation cover and properties of volcanic ash soil in the páramo of Llangahua and La Esperanza (Tungurahua, Ecuador). Soil Use and Management, 18(1), 45–55. https://doi.org/10.1111/j.1475-2743.2002.tb00049.x

Farley et al. (2004) analizan los efectos de la conversión de páramos a plantaciones de pino sobre la retención de agua y de carbono en los suelos.

  • Link: Farley, K. A., Kelly, E. F., & Hofstede, R. G. M. (2004). Soil organic carbón and water retention after conversion of grasslands to pine plantations in the Ecuadorian Andes. Ecosystems, 7(7), 729–739. https://doi.org/10.1007/s10021-004-0047-5

Buytaert et al. (2005) muestran evidencia del impacto de los cambios en el uso del suelo sobre el comportamiento hidrológico de los suelos de páramos al sur de Ecuador.

  • Link: Buytaert, W., Wyseure, G., De Bièvre, B., & Deckers, J. (2005). The effect of land-use changes on the hydrological behaviour of Histic andosols in South Ecuador. Hydrological Processes, 19(20), 3985–3997. https://doi.org/10.1002/hyp.5867

Kapelle & Uffelen (2005) publicaron el libro “Páramos de Costa Rica”, presentando la geomorfología, ecología y paleoclima de América Central.

Buytaert et al. (2006a) analizan la variabilidad espacial de la lluvia a pequeña escala en los páramos del austro del Ecuador.

  • Link: Buytaert, W., Célleri, R., Willems, P., De Bièvre, B., & Wyseure, G. (2006). Spatial and temporal rainfall variability in mountainous areas: A case study from the south Ecuadorian Andes. Journal of Hydrology, 329, 413–421. https://doi.org/10.1016/j.jhydrol.2006.02.031

Buytaert et al. (2006b) publican la mayor revisión de información científica a la fecha sobre los impactos humanos en la hidrología de los páramos andinos.

  • Link: Buytaert, W., Célleri, R., De Bièvre, B., Cisneros, F., Wyseure, G., Deckers, J., & Hofstede, R. (2006). Human impact on the hydrology of the Andean páramos. Earth-Science Reviews, 79(1–2), 53–72. https://doi.org/10.1016/j.earscirev.2006.06.002

Molina et al. (2007) analizan la generación de caudales en cuencas andinas degradadas.

  • Link: Molina, A., Govers, G., Vanacker, V., Poesen, J., Zeelmaekers, E., & Cisneros, F. (2007). Runoff generation in a degraded Andean ecosystem: Interaction of vegetation cover and land use. Catena, 71(2), 357–370. https://doi.org/10.1016/j.catena.2007.04.002

Buytaert et al. (2007) evaluan los efectos de la forestación con pinos y de los cultivos con papas sobre el rendimiento hídrico de los páramos húmedos.

  • Link: Buytaert, W., Iñiguez, V., & Bièvre, B. D. (2007). The effects of afforestation and cultivation on water yield in the Andean páramo. Forest Ecology and Management, 251, 22–30. https://doi.org/10.1016/j.foreco.2007.06.035

Favier et al. (2008) muestran evidencias de flujos de agua subterránea dentro de los páramos del volcán Antisana al norte de Ecuador.

  • Link: Favier, V., Coudrain, A., Cadier, E., Francou, B., Ayabaca, E., Maisincho, L., …, Wagnon, P. (2008). Evidence of groundwater flow on Antizana ice-covered volcano, Ecuador/Mise en évidence d’écoulements souterrains Sur le volcan englacé Antizana, Equateur. Hydrological Sciences Journal, 53(1), 278–291. https://doi.org/10.1623/hysj.53.1.278

Célleri & Feyen (2009) realizan una revisión del estado del conocimiento sobre los ecosistemas andinos.

  • Link: Célleri, R., & Feyen, J. (2009). The hydrology of tropical Andean ecosystems: Importance, knowledge status, and perspectives. Mountain Research and Development, 29(4), 350–355. https://doi.org/10.1659/mrd.00007

Josse et al. (2009) publican el “Atlas de los Andes del Norte y Centro” cubriendo las regiones de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.

  • Link: Josse, C., Cuesta, F., Navarro, G., Barrena, V., Cabrera, E., Chacón-Moreno, E., …, Tovar, A. (2009). Atlas de los Andes del norte y centro. Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, Secretar a general de la comunidad Andina, Programa regional ECOBONA, CONDESAN, Proyecto Páramo Andino, Programa Bio Andes, Eco Ciencia, Nature Serve, LTA-UNALM, IAvH, ICAE-ULA, CDC-UNALM, RUMBOL SRL, Lima, Perú. [online]. Retrieved from http://www.condesan.org/ppa/node/3678

Célleri et al. (2010) realizan el lanzamiento científico oficial de la Iniciativa Regional de Monitoreo Hidrológico de Ecosistemas Andinos (iMHEA).

  • Link: Célleri, R., Buytaert, W., De Bièvre, B., Tobón, C., Crespo, P., Molina, J., & Feyen, J. (2009). Understanding the hydrology of tropical Andean ecosystems through an Andean network of basins, IAHS-AISH Publication. http://dspace.ucuenca.edu.ec/handle/123456789/22089

Crespo et al. (2010) realizan un resumen de los impactos del cambio de uso del suelo sobre la hidrología de los páramos húmedos del sur del Ecuador.

Roa-García et al. (2011) muestran evidencias del papel de los suelos y sus usos en la regulación del ciclo del agua en cuencas de páramos pequeñas.

  • Link: Roa-García, M. C., Brown, S., Schreier, H., & Lavkulich, L. M. (2011). The role of land use and soils in regulating water flow in small headwater catchments of the Andes. Water Resources Research, 47(5), 1–12. https://doi.org/10.1029/2010WR009582

Ríos-Touma et al. (2011, 2012) caracterizan procesos relacionados a los invertebrados acuáticos como indicadores de salud de los ríos andinos.

  • Link: Ríos-Touma, B., Encalanda, A.C., & Prat, N. (2011). Macroinvertebrate Assemblages of an Andean High-Altitude Tropical Stream: The Importance of Season and Flow. International Review of Hydrobiology, 96, 667–685. https://doi.org/10.1002/iroh.201111342
  • Link: Ríos-Touma, B., Prat N., & Encalada, A.C. (2012). Invertebrate drift and colonization processes in a tropical Andean stream. Aquatic Biology, 14, 233–246. https://doi.org/10.3354/ab00399

Buytaert et al. (2011) evalúan los impactos potenciales del cambio climático para los ecosistemas altoandinos.

  • Link: Buytaert, W., Cuesta-Camacho, F., & Tobón, C. (2011). Potential impacts of climate change on the environmental services of humid tropical alpine regions. Global Ecology and Biogeography, 20(1), 19–33. https://doi.org/10.1111/j.1466-8238.2010.00585.x

Llambí et al. (2012) publican el libro “Ecología, Hidrología y Suelos del Páramo” realizando un resumen para no especialistas de los hallazgos científicos hasta la fecha.

Buytaert & De Bièvre (2012) realizan un análisis de los impactos del cambio climático y del crecimiento poblacional sobre los recursos hídricos en los Andes tropicales.

  • Link: Buytaert, W., & De Bièvre, B. (2012). Water for cities: The impact of climate change and demographic growth in the tropical Andes. Water Resources Research, 48(8), 1–13. https://doi.org/10.1029/2011WR011755

Tovar et al. (2013) reportan impactos del cambio climático sobre los ecosistemas andinos debido a los cambios de temperatura que determinan sus límites geográficos.

Andrade et al. (2013) y Segovia-Salcedo & & Quijia-Lamina (2014) estudian la genética de los polylepis (los árboles de papel) presentes en los páramos del norte de Ecuador.

Guallpa & Célleri (2013), Muñoz et al. (2016) y Zucozhañay & Célleri (2018) empiezan a evaluar las incertidumbres relacionadas a la ubicación y características de los equipo de monitoreo.

  • Link: Guallpa, M., & Célleri, R. (2013). Efecto de la estimación de la presi n atmosférica sobre el cálculo de niveles de agua y caudales. 5-13. http://aqua-lac.org/index.php/Aqua-LAC/article/view/110
  • Link: Muñoz, P., Célleri, R., & Feyen, J. (2016). Effect of the resolution of tipping-bucket rain gauge and calculation method on rainfall intensities in an Andean mountain gradient. Water, 8(11), 534. https://doi.org/10.3390/w8110534
  • Link: Sucozhañay, A., & Célleri, R. (2018). Impact of rain gauges distribution on the runoff simulation of a small mountain catchment in southern Ecuador. Water, 10(9), 1169. https://doi.org/10.3390/w10091169

Mora et al. (2014), Avilés et al. (2015, 2016) y Muñoz et al. (2018) muestran que los modelos hidrológicos comienzan a reproducir con mayor precisión los caudales observados, a lo largo del año y en condiciones de sequías e inundaciones.

  • Link: Mora, D., Campozano, L., Cisneros, F., Wyseure, G., & Willems, P. (2014). Climate changes of hydrometeorological and hydrological extremes in the Paute basin, Ecuadorean Andes. Hydrology and Earth System Sciences, 18(2), 631–648. https://doi.org/10.5194/hess-18-631-2014
  • Link: Avilés, A., Célleri, R., Paredes, J., & Solera, A. (2015). Evaluation of Markov chain based drought forecasts in an Andean regulated river basin using the skill scores RPS and GMSS. Water Resources Management, 29, 1949–1963. https://doi.org/10.1007/s11269-015-0921-2
  • Link: Avilés, A., Célleri, R., Solera, A., & Paredes, J. (2016). Probabilistic forecasting of drought events using Markov chain- and Bayesian networkbased models: A case study of an Andean regulated river basin. Water, 8(2), 37. https://doi.org/10.3390/w8020037
  • Link: Muñoz, P., Orellana-Alvear, J., Willems, P., & Célleri, R. (2018). Flash-flood forecasting in an Andean mountain catchment-development of a stepwise methodology based on the random forest algorithm. Water, 10(11), 1519. https://doi.org/10.3390/w10111519

Padrón, et al. (2015) demuestra que durante el 80% del tiempo, la lluvia en un páramo al sur del Ecuador cae a baja intensidad (el tipo de lluvia llamado “páramo” comúnmente).

  • Link: Padrón, R. S., Wilcox, B. P., Crespo, P., & Célleri, R. (2015). Rainfall in the Andean páramo: New insights from high-resolution monitoring in southern Ecuador. Journal of Hydrometeorology, 16(3), 985–996. https://doi.org/10.1175/JHM-D-14-0135.1

Córdova et al. (2015) comparan diferentes métodos para la cuantificación de la evapotranspiración en alta montaña y dan recomendaciones técnicas ante la escasez de datos.

  • Link: Córdova, M., Carrillo-Rojas, G., Crespo, P., Wilcox, B., & Célleri, R. (2015). Evaluation of the penman-Monteith (FAO 56 PM) method for calculating reference evapotranspiration using limited data. Mred, 35(3), 230–239. https://doi.org/10.1659/MRD-JOURNAL-D-14-0024.1

Segovia-Salcedo et al. (2015) presentan un inventario de las colecciones biológicas del Ecuador  con  miras  a  la  creación  de  una  Base  Nacional  de  Datos  de  Biodiversidad.

  • Link: Segovia-Salcedo, M. C., Carrasco, L., & Acosta Buenaño, N. (2015). Las colecciones biológicas: Los tesoros escondidos de un país mega-diverso. Revista Ecuatoriana de Medicina y Ciencias Biológicas 36(2), 83–85. http://remcb-puce.edu.ec/remcb/article/view/278

Mosquera et al. (2015) encuentran relaciones entre la extensión de humedales y la generación de escorrentía superficial en páramos al sur del Ecuador.

  • Link: Mosquera, G. M., Lazo, P. X., Célleri, R., Wilcox, B. P., & Crespo, P. (2015). Runoff from tropical alpine grasslands increases with areal extent of wetlands. Catena, 125, 120–128. https://doi.org/10.1016/j.catena.2014.10.010

Ochoa-Tocachi et al. (2016a) publican el primer reporte de la Iniciativa Regional de Monitoreo Hidrológico de Ecosistemas Andinos (iMHEA).

  • Link: Ochoa-Tocachi, B. F., Buytaert, W., De Bièvre, B., Célleri, R., Crespo, P., Villacís, M., …, Arias, S. (2016). Impacts of land use on the hydrological response of tropical Andean catchments. Hydrological Processes, 30 (22), 4074–4089. https://doi.org/10.1002/hyp.10980

Flores-López et al. (2016) y Bremer et al. (2019) evalúan escenarios de cambio climático y cambio de uso del suelo para apoyar a la toma de decisiones y predecir potenciales beneficios o pérdidas económicas.

  • Link: Flores-López, F., Galaitsi, S. E., Escobar, M., & Purkey, D. (2016). Modeling of Andean páramo ecosystems’ hydrologicalresponse to environmental change. Water, 8(3), 94. https://doi.org/10.3390/w8030094
  • Link: Bremer, L. L., Farley, K. A., DeMaagd, N., Suárez, E., Cárate Tandalla, D., Vasco Tapia, S., & Mena Vásconez, P. (2019). Biodiversity outcomes of payment for ecosystem services: Lessons from páramo grasslands. Biodiversity and Conservation, 28(4), 885–908. https://doi.org/10.1007/s10531-019-01700-3

Mena-Vásconez et al. (2016, 2017) estudian las discrepancias en el uso productivo del agua de los páramos para producción de flores y alimentos.

  • Link: Mena-Vásconez, P., Boelens, R., & Vos, J. (2016). Food or flowers? Contested transformations of community food security and water use priorities under new legal and market regimes in Ecuador’s highlands. Journal of Rural Studies, 44, 227–238. https://doi.org/10.1016/j.jrurstud.2016.02.011
  • Link: Mena-Vásconez, P., Vincent, L., Vos, J., & Boelens, R. (2017). Fighting over water values: diverse framings of flower and food production with communal irrigation in the Ecuadorian Andes, Water International, 42(4), 443–461. http://dx.doi.org/10.1080/02508060.2017.1309511

Ochoa-Tocachi et al. (2016b) establecen guías para entender regionalmente los impactos del uso del suelo en los ecosistemas andinos hermanos de los páramos, la jalcas y las punas.

  • Link: Ochoa-Tocachi, B. F., Buytaert, W., & De Bièvre, B. (2016). Regionalization of land-use impacts on streamflow using a network of paired catchments. Water Resources Research, 52(9), 6710–6729. https://doi.org/10.1002/2016WR018596

Mosquera et al. (2016), Correa et al. (2017) y Riveros-Iregui et al. (2018) utilizan trazadores conservativos y bioreactivos para iluminar los procesos hidrológicos y flujos dentro del suelo.

  • Link: Mosquera, G. M., Célleri, R., Lazo, P. X., Vaché, K. B., Perakis, S. S., & Crespo, P. (2016). Combined use of isotopic and hydrometricdata to conceptualize ecohydrological processes in a high-elevation tropical ecosystem. Hydrological Processes, 30, 2930. https://doi.org/10.1002/hyp.10927
  • Link: Correa, A., Windhorst, D., Tetzlaff, D., Crespo, P., Célleri, R., Feyen, J., & Breuer, L. (2017). Temporal dynamics in dominant runoff sources and flow paths in the Andean p ramo. Water Resources Research, 53(7), 5998–6017. https://doi.org/10.1002/2016WR020187
  • Link: Riveros-Iregui, D. A., Covino, T. P., & Gonz lez-Pinz n, R. (2018). The importance of and need for rapid hydrologic assessments in Latin America. Hydrological Processes, 32(15), 2441–2451. https://doi.org/10.1002/hyp.13163

Minaya et al. (2016), Peña-Quemba et al. (2016) y Pesántez et al. (2018) estudian las concentraciones de carbono y nutrientes en los suelos y la vegetación.

  • Link: Minaya, V., Corzo, G., Romero-Saltos, H., van der Kwast, J., Lantinga, E., Galárraga-Sánchez, R., & Mynett, A. (2016). Altitudinal analysis of carbón stocks in the Antisana páramo, Ecuadorian Andes. Journal of Plant Ecology, 9(5), 553–563. https://doi.org/10.1093/jpe/rtv073
  • Link: Peña-Quemba, D., Rubiano-Sanabria, Y., & Riveros-Iregui, D. (2016). Effects of land use on soil CO2 flux in the páramo de Guerrero, Colombia. Agronom a Colombiana, 34(3), 364–373. https://doi.org/10.15446/agron.colomb.v34n3.58791
  • Link: Pesántez, J., Mosquera, G. M., Crespo, P., Breuer, L., & Windhorst, D. (2018). Effect of land cover and hydro-meteorological controls on soil water DOC concentrations in a high-elevation tropical environment. Hydrological Processes, 32(17), 2624–2635. https://doi.org/10.1002/hyp.13224

Correa et al. (2016) y Ochoa-Tocachi et al. (2018) generan metodologías para mejorar el monitoreo ecohidrológico de los páramos y otros ecosistemas para optimizar recursos.

  • Link: Correa, A., Windhorst, D., Crespo, P., Célleri, R., Feyen, J., & Breuer, L. (2016). Continuous versus event-based sampling: How many samples are required for deriving general hydrological understanding on Ecuador’s páramo region? Hydrological Processes, 30(22), 4059–4073. https://doi.org/10.1002/hyp.10975
  • Link: Ochoa-Tocachi, B. F., Buytaert, W., Antiporta, J., Acosta, L., Bardales, J. D., Célleri, R., …, De Bièvre, B. (2018). High-resolution hydrometeorological data from a network of headwater catchments in the tropical Andes. Scientific Data, 5, 180080. https://doi.org/10.1038/sdata.2018.80

Cuesta et al. (2017) analizan los patrones latitudinales y altitudinales de comunidades de vegetación en los Andes.

  • Link: Cuesta, F., Muriel, P., Llambí, L. D., Halloy, S., Aguirre, N., Beck, S., …, Gosling, W. D. (2017). Latitudinal and altitudinal patterns of plant community diversity on mountain summits across the tropical Andes. Ecography, 40(12), 1381–1394. https://doi.org/10.1111/ecog.02567

Orellana-Alvear et al. (2017) y Bendix et al. (2017) utilizan la primera red de radares instalada en páramos RADARNET-SUR para detectar la baja frecuencia de lluvias intensas y confirmar su variación espacial.

  • Link: Orellana-Alvear, J., Célleri, R., Rollenbeck, R., & Bendix, J. (2017). Analysis of rain types and their Z–R relationships at different locations in the high Andes of southern Ecuador. Journal of Applied Meteorology and Climatology, 56(11), 3065–3080. https://doi.org/10.1175/JAMC-D-17-0009.1
  • Link: Bendix, J., Fries, A., Z rate, J., Trachte, K., Rollenbeck, R., Pucha-Cofrep, F., …, Achilles, S. (2017). RadarNet-Sur first weather radar network in tropical high mountains. Bulletin of the American Meteorological Society, 98(6), 1235–1254. https://doi.org/10.1175/BAMS-D-15-00178.1

Cárdenas et al. (2017) reportan las contribuciones de la “precipitación oculta” (la que es capturada en neblina) al balance hídrico de un páramo colombiano.

  • Link: Cárdenas, M. F., Tobón, C., & Buytaert, W. (2017). Contribution of occult precipitation to the water balance of p ramo ecosystems in the Colombian Andes. Hydrological Processes, 31(24), 4440–4449. https://doi.org/10.1002/hyp.11374

Yuste et al. (2017) examinan la capacidad de los suelos de páramos para almacenar carbono y su sensibilidad a la temperatura y humedad.

  • Link: Yuste, J. C., Hereş, A. M., Ojeda, G., Paz, A., Pizano, C., García-Angulo, D., & Lasso, E. (2017). Soil heterotrophic CO2 emissions from tropical high-elevation ecosystems (Páramos) and their sensitivity to temperature and moisture fluctuations. Soil Biology and Biochemistry, 110, 8–11. https://doi.org/10.1016/j.soilbio.2017.02.016

Ochoa-Sánchez et al. (2018) realizan la cuantificación más precisa de la intercepción del agua por la vegetación de pajonal en un páramo al sur del Ecuador.

  • Link: Ochoa-Sánchez, A., Crespo, P., & Célleri, R. (2018). Quantification of rainfall interception in the high Andean tussock grasslands. Ecohydrology, 11(3), e1946. https://doi.org/10.1002/eco.1946

Tenorio et al. (2018) y Molina et al. (2019) estudian las cargas químicas y físicas de los ríos de los páramos que alteran su calidad.

  • Link: Molina, A., Vanacker, V., Corre, M. D., & Veldkamp, E. (2019). Patterns in soil chemical weathering related to topographic gradients and vegetation structure in a high Andean tropical ecosystem. Journal of Geophysical Research: Earth Surface, 124, 666–685. https://doi.org/10.1029/2018JF004856
  • Link: Tenorio, G. E., Vanacker, V., Campforts, B., Álvarez, L. Zhiminaicela, S., Vercruysse, K., Molina, A., & Govers, G. (2018). Tracking spatial variation in river load from Andean highlands to inter-Andean valleys. Geomorphology, 308, 175–189. https://doi.org/10.1016/j.geomorph.2018.02.009

Esquivel-Hernández et al. (2018), Chai et al. (2020) y Quesada-Román, et al. (2020) marcan el creciente futuro de la investigación de los páramos de América Central.

  • Link: Esquivel-Hernández, G., Mosquera, G. M., Sánchez-Murillo, R., Quesada-Román, A., Birkel, C., Crespo, P., …, Boll, J. (2019). Moisture transport and seasonal variations in the stable isotopic composition of rainfall in central American and Andean páramo during El Niño conditions (2015–2016). Hydrological Processes, 33(13), 1802–1817. https://doi.org/10.1002/hyp.13438
  • Link: Chai, L. L., Hernández-Ramírez, G., Hik, D. S., Barrio, I. C., Frost, C. M., Chinchilla Soto, C., & Esquivel-Hern ndez, G. (2020). A methane sink in the central American high elevation páramo: Topographic, soil moisture and vegetation effects. Geoderma, 362, 114092. https://doi.org/10.1016/j.geoderma.2019.114092
  • Link: Quesada-Román, A., Ballesteros-C novas, J. A., Guillet, S., Madrigal-González, J., & Stoffel, M. (2020). Neotropical Hypericum irazuense shrubs reveal recent ENSO variability in costa Rican páramo. Dendrochronologia, 61, 125704. https://doi.org/10.1016/j.dendro.2020.125704

Caiza-Guamba et al. (2018, 2021), Segovia-Salcedo et al. (2018), Morales-Moreno et al. (2018), Ames-Martínes et al. (2019) y Camel et al. (2019) presentan detalles ecológicos de las especies del género Polylepis en ecosistemas altoandinos de Ecuador y Perú.

Flantua et al. (2019) evaluan cómo las fluctuaciones de clima en combinación con la topografía influencian la conectividad de los hábitats a lo largo de miles de años.

  • Link: Flantua, S. G. A., O’Dea, A., Onstein, R. E., Giraldo, C., & Hooghiemstra, H. (2019). The flickering connectivity system of the north Andean páramos. Journal of Biogeography, 46(8), 1808–1825. https://doi.org/10.1111/jbi.13607

Carrillo-Rojas et al. (2019) determinan la “respiración del páramo”, encontrando que los páramos podrían convertirse en fuentes de emisión de gases de efecto invernadero si no son conservados en estado natural.

  • Link: Carrillo-Rojas, G., Silva, B., Rollenbeck, R., Célleri, R., & Bendix, J. (2019). The breathing of the Andean highlands: Net ecosystem exchange and evapotranspiration over the páramo of southern Ecuador. Agricultural and Forest Meteorology, 265, 30–47. https://doi.org/10.1016/j.agrformet.2018.11.006

Ochoa-Sánchez et al. (2019, 2020) y Ramón-Reinoso et al. (2019) realizan las cuantificaciones más precisas de la evapotranspiración de los páramos utilizando la última tecnología.

  • Link: Ochoa-Sánchez, A., Crespo, P., Carrillo-Rojas, G., Sucozha ay, A., & Célleri, R. (2019). Actual evapotranspiration in the high Andean grasslands: A comparison of measurement and estimation methods. Frontiers in Earth Science, 7, 55. https://doi.org/10.3389/feart.2019.00055
  • Link: Ochoa-Sánchez, A. E., Crespo, P., Carrillo-Rojas, G., Mar n, F., & Célleri, R. (2020). Unravelling evapotranspiration controls and components in tropical Andean tussock grasslands. Hydrological Processes, 34(9), 2117–2127. https://doi.org/10.1002/hyp.13716
  • Link: Ramón-Reinozo, M., Ballari, D., Cabrera, J. J., Crespo, P., & Carrillo-Rojas, G. (2019). Altitudinal and temporal evapotranspiration dynamics via remote sensing and vegetation index-based modelling over a scarce-monitored, high-altitudinal Andean páramo ecosystem of southern Ecuador. Environment and Earth Science, 78(11), 340. https://doi.org/10.1007/s12665-019-8337-6

Lazo et al. (2019) resumen el papel de la vegetación, los suelos y la lluvia sobre el almcenamiento de agua y los servicios hidrológicos de los páramos.

  • Link: Lazo, P. X., Mosquera, G. M., McDonnell, J. J., & Crespo, P. (2019). The role of vegetation, soils, and precipitation on water storage and hydrological services in Andean páramo catchments. Journal of Hydrology, 572, 805–819. https://doi.org/10.1016/j.jhydrol.2019.03.050

Leon-Garcia & Lasso (2019), Lasso et al. (2020) realizan análisis de la alta tolerancia natural de las plantas de páramo a la temperatura y al calentamiento global.

  • Link: León-García, I. V., & Lasso, E. (2019). High heat tolerance in plants from the Andean highlands: Implications for paramos in a warmer world. PLoS ONE 14(11): e0224218. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0224218
  • Link: Lasso, E.,  Matheus-Arbeláez, P., Gallery, R. E., Garzón-López, C., Cruz, M., Leon-Garcia, I. V., Aragón, L., Ayarza-Páez, A., & Yuste, J. C. (2020). Frontiers in Ecology and Evolution, 9, 615006. https://doi.org/10.3389/fevo.2021.615006

Encalada et al. (2019) publican una perspectiva global de los ríos de montañas tropicales.

  • Link: Encalada, A. C., Flecker, A., Le Roy Poff, N., Suáres, E., Herrera-R, G. A., Ríos-Touma, B., Jumani, S., Larson E. I.,  & Anderson, E. P. (2019). A global perspective on tropical montane rivers. Science, 365, 1124–1129. https://doi.org/10.1126/science.aax1682

Garzón-López & Lasso (2020) desarrollan una metodología de identificación remota de plantas en los páramos utilizando drones.

  • Link: Garzon-Lopez, C. X., & Lasso, E. (2020). Species Classification in a Tropical Alpine Ecosystem Using UAV-Borne RGB and Hyperspectral Imagery. Drones, 4(4), 69. https://doi.org/10.3390/drones4040069

Palacios (2000) analiza las relaciones de poder y de género en los sistemas comunitarios de agua en Ecuador, específicamente al sur del país.

Correa et al. (2020) publican un análisis de cómo ha evolucionado la producción científica en los páramos andinos históricamente.

  • Link: Correa, A., Ochoa-Tocachi, B. F., Birkel, C., Ochoa-Sánchez, A., Zogheib, C., Tovar, C., & Buytaert, W. (2020) A concerted research effort to advance the hydrological understanding of tropical páramos. Hydrological Processes (34), 4609–4627. https://doi.org/10.1002/hyp.13904

Berrones et al. (2021) evalúan las mediciones de neblina en páramos al sur de Ecuador y determinan que puede sumar hasta 22% del agua disponible.

  • Link: Berrones, G., Crespo, P., Wilcox, B. P., Tobón, C., & Célleri, R. (2021). Assessment of fog gauges and their effectiveness in quantifying fog in the Andean páramo. Ecohydrology, e2300. https://doi.org/10.1002/eco.2300

Cruz & Lasso (2021) estudian las estrategias ecofisiológicas de las plantas de los páramos desarrolladas por las condiciones extremas en estos ecosistemas.

Manosalvas et al. (2021) estudia la resistencia de una comunidad indígena habitante de los páramos del norte de Ecuador para proteger y reinventar su territorio e identidad hidrosocial.

  • Link: Manosalvas, R., Hoogesteger, J., & Boelens, R. (2021). Contractual Reciprocity and the Re-Making of Community Hydrosocial Territories: The Case of La Chimba in the Ecuadorian páramos. Water, 13, 1600. https://doi.org/10.3390/w13111600

Patiño et al. (2021) realizan un resumen de la evidencia científica existente sobre los impactos de las prácticas humanas sobre los suelos de los páramos.

  • Link: Patiño, S., Hernández, Y., Plata, C., Domínguez, I., Daza, M., Oviedo-Ocaña, R., Buytaert, W., & Ochoa-Tocachi B. F. (2021). Influence of land use on hydro-physical soil properties of Andean páramos and its effect on streamflow buffering. Catena, 202, 105227. https://doi.org/10.1016/j.catena.2021.105227

Así, mucha más investigación se sigue generando en los páramos andinos. Este 23 de junio, Día Nacional de los Páramos, recordamos el valor estratégico de estos ecosistemas y la necesidad de conservarlos, protegerlos, manejarlos y recuperarlos usando evidencia científica.

¿Conoces de artículos científicos importantes que deban ser añadidos a esta lista?

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Diseño e Implementación de un huerto Urbano

Como habíamos acordado en el articulo de Agricultura urbana como respuesta a la escasez de alimentos provocada por la pandemia COVID 19, en esta entrada, vamos a tratar como se diseña e implementa un huerto urbano.

 “Si manejamos de forma ordenada y técnica los huertos urbanos, estos pueden ser mucho más productivos y ecológicos que la agricultura tradicional”. FAO,2020.

Los pasos para establecer un huerto urbano son los siguientes:

  • Buscar la mejor posición en nuestros hogares, puede ser en el patio, balcón o al interior de la casa, lo importante es que el lugar que escojamos cuente con la mayor y continua exposición al sol (recomendable entre 5 y 6 horas de sol directas al día.
  • Darle la mejor orientación a nuestro cultivo, lo ideal es dirigirlo hacia el norte, tiene sol todo el día, el oriente, ofrece sol durante la mañana, el poniente, tiene sol sólo en la tarde, nunca lo orientemos hacia el sur, pues no tiene sol directo y por lo tanto no ofrece las condiciones para un huerto urbano; estos datos son claves en el caso que no tengamos un lugar que nos ofrezca una exposición a cielo abierto.
  • Disponer de suficiente agua, contar con una toma de agua cercana nos permitirá regar de forma manual o conectar un sistema de riego y goteo.

De las especies de hortalizas que se dispone para su reproducción, casi todas son aptas para cultivar en un huerto urbano, sin embargo, las más recomendables son: lechuga, tomate, nabo, fresa, pimiento, zanahoria, rábano, culantro, perejil, berenjena, entre otros, las especies aromáticas y medicinales, son ideales para plantarlas en macetas, además de ser indispensables en la cocina, la albahaca, tomillo, orégano, romero, perejil, hierba luisa, cedrón, llantén, presentan una condición especial, pues su aroma intenso, aleja a los insectos que atacan a las otras plantas y verduras, además de que no exigen mayor cuidado y crecen con mucha facilidad.

Para diseñar nuestro huerto urbano es importante saber que el mercado nos ofrece diferentes tipos de recipientes que se adaptan a nuestras necesidades (macetas, jardineras, mesas para cultivo, jardines verticales, entre otros), por eso es importante tomar en cuenta nuestro presupuesto, la variedad de los productos que se quieran cultivar y la cantidad de espacio con la que se cuente.

Implementación huerto urbano - ATUK

La opción mas utilizada es la maceta, pero…. ¿Qué consideraciones debemos tomar en cuenta para elegir el tamaño correcto? … acá te damos unos pequeños tips.

A continuación, les presento una pequeña reseña fotográfica de mi trabajo con nativos shuar de la provincia amazónica de Morona Santiago – Ecuador, donde elaboramos huertos comunitarios, como estrategia para garantizar la seguridad y soberanía alimentaria en uno de los sectores mas vulnerables del país, con el 60% de pobreza multidimensional (INEC, 2020).

En la próxima entrega aprenderemos como elaborar bioinsumos orgánicos caseros, para el control de insectos y fertilización de los productos de nuestro huerto urbano.

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Planificación y Gestión Territorial

Uno de los mecanismos esenciales para la planificación territorial en Ecuador es el Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial a los cuales se adhieren por ley todas las divisiones políticas del territorio nacional (provincias, cantones y parroquias). Este plan ambicioso pretende abarcar todas las áreas problemáticas del territorio y dar posibles soluciones a conflictos en cinco áreas predeterminadas: (i) Biofísico, (ii) Socio Cultural, (iii) Asentamientos Humanos, Movilidad, Energía y Telecomunicaciones, (iv) Económico Productivo y, (v) Político Institucional y Participación Ciudadana. Estos cinco componentes se articulan horizontal y verticalmente en un diagnóstico estratégico, una propuesta de desarrollo y un modelo de gestión.

Estas tres fases de desarrollo deben cumplir con ciertos requisitos propuestos por la Secretaría Técnica de Planificación, como la metodología, temáticas, matrices, etc. que buscan unificar todos los PDOT e intentar abarcar gran parte de las problemáticas territoriales a resolver.

Los PDOT deben realizarse cada cuatro años, cumpliendo un ejercicio electoral y deben contener ciertas articulaciones obligatorias. Entre ellas se destacan la continuidad del PDOT anterior, las propuestas de las autoridades electas, competencias exclusivas, los planes y objetivos nacionales como el Plan de Nacional de Desarrollo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda de la Igualdad.

A pesar de que los PDOT tienen una metodología estricta y clara sobre su elaboración, se pueden visualizar muchos problemas de orden político, institucional y social, además de temas que no se abarcan en el estudio.

  1. Los extensos informes dificultan miradas concretas de planificación y llevan generalmente a confusiones internas de los GADs al momento de concreción de las propuestas.
  2. La información tomada para la realización del diagnóstico siempre está desactualizada ya que no se realizan estudios con información primaria ni análisis de campo. Por ejemplo, en los estudios sociales, se considera la información proporcionada por el INEC, actualizada al 2010 (último censo a nivel nacional).
  3. La articulación entre provincia, cantón y parroquias es muy difícil de concretar, principalmente por falta de participación o desinterés ciudadano y conflictos políticos de autoridades electas.
  4. Las principales decisiones propositivas son tomadas desde un escritorio con intereses políticos con cartografía desactualizada o incoherente.
  5. La planificación de ciudades o pueblos no es considerada dentro de estos planes a niveles concretos de construcción sino solo como espacios de uso y ocupación del suelo.
  6. Gran parte del territorio nacional tiene conflictos limítrofes, tanto entre cantones como entre provincias, que dificultan la aplicación de propuestas.
  7. La ambición de las propuestas, principalmente las otorgadas por las áreas de planificación, no tienen asidero territorial en el plazo establecido de ejecución.
  8. Los modelos de gestión se ajustan indefectiblemente con el diagrama orgánico público, sin considerar una reorganización para facilitar la ejecución de propuestas.
  9. Los presupuestos, si bien se ajustan a los territoriales, no evalúan variación de precios en el tiempo.

Los PDOT deberían abarcar propuestas a nivel de planes generales y luego ir desglosando, en otras etapas de trabajo, programas, proyectos y actividades. De esta manera se acotan los trabajos que resultan inconclusos y se puede ser más minucioso en la resolución de conflictos.

Por ejemplo, estudios de planes viales, productivos, turísticos, sociales, usos del suelo, ambientales, riesgos, género, urbano, riego, normativos, espacio público, servicios básicos, etc.

Estos planes se pueden proyectar en una línea de tiempo mayor a lo estipulado en un período electoral, ajustando solo los programas, proyectos y actividades a cuatro años.

 

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Parques Hídricos y otras posibilidades para imaginar las cuencas

Parques hídricos basados en infraestructuras multipropósito de retención hídrica u otras posibilidades para imaginar las microcuencas del Perú

Por Diego Vivas Huaccho.
Arquitecto Pontificia Universidad Católica del Perú

Como el agua que infiltra y brota,
Lo esencial es invisible
Solo hasta el punto que cerramos nuestros ojos.

La variabilidad climática y la consecuente escasez hídrica a escala global plantean a la humanidad retos inimaginados. En el Perú, la situación es crítica, y afectará de forma inclemente, paradójicamente, a las poblaciones más vulnerables, aquellas que han criado el agua por generaciones. Las amunas, sistemas preincas conservados por comunidades en las cuencas altas del Perú y revelados por emocionantes recientes investigaciones[1], se basan en el principio de retención hídrica, a partir del cual propician la infiltración, percolación y posterior emanación del agua en épocas de sequía, configurándose como una oportunidad a través de la cual poder hacerle frente al gran problema regional que significa la escasez hídrica hoy. 

Sin embargo, ¿sería posible que las amunas cumplan roles multipropósito y logren convertir su impacto en el paisaje en una oportunidad infraestructural [2] que enfrente además la escasez multidimensional que aflige a numerosas personas en las cuencas altas del Perú y que exalten el potencial paisajístico y público que tienen estos territorios  a escala regional?

El proyecto, finalmente, se plantea como una arquitectura del paisaje que aspira a (re)construir sistemas y redes y que busca revelar desde las intenciones hasta en su representación, estos territorios, paisajes, infraestructuras y comunidades, y sus efectos no siempre visibles bajo tierra, aspirando a no ser más que una lectura o cartografía en clave proyectual de aquellos lugares que muchas veces ignoramos o quizás muchos no quieren ver, buscando internalizar, desde la simpleza y complejidad de un elemento como un muro, los beneficios en la ruta del agua mientras nos cuestiona asimismo, en una coyuntura bicentenaria, quiénes están necesitándola realmente…

El proyecto propone, a partir de la teorización del sistema espacial de las amunas -la colocación de un elemento masivo o murario de retención- convertir al sistema en una red de infraestructuras verde multipropósito – que respondan, así como a las necesidades técnicas, a las culturales, productivas, estéticas, entre otras [3] – capaces de articularse multiescalarmente y afectar sucesivamente en una intervención territorial a la Cuenca del Rímac, la subcuenca de San Mateo y la microcuenca del Jocohanca – Pacshucro, generando el marco para la restauración y ampliación de sus subsistemas de caminos, hidrografía y vegetación y la consolidación de un catálogo de dispositivos infraestructurales, que aspiran a ser soportes de las necesidades comunales al mismo tiempo que resuelven las demandas hídricas, sembrando y cosechando el agua, convirtiendo las arquitecturas en sistemas activos de crianza del agua y del paisaje [4]: piezas multipropósito, sistémicas y replicables que podrían ser capaces de ser parte de renovadas agendas estatales de inversión a través de los Mecanismos de Retribución por Servicios Ecosistémicos [5] y pongan en valor los saberes ancestrales de las comunidades, así como sus técnicas constructivas en una escala de posible alcance global. Configurándose como un sistema que permita hacernos imaginar otros escenarios posibles frente a la escasez.

Referencias.

[1] Ochoa-Tocachi, B.F., Bardales, J.D., Antiporta, J. et al. Potential contributions of pre-Inca infiltration infrastructure to Andean water security. Nat Sustain 2, 584–593 (2019). Recuperado de https://doi.org/10.1038/s41893-019-0307-1

[2] Belanger, P. (2017) Landscape as Infrastructure: A Base Primer. Routledge. New York.

[3] Katz, C. Arrasate, M.I., Moreno, O., Quintanilla, J., Ortúzar, J. de D., Bettancourt, P., 2019. Hacia una política de diseño integrado de infraestructura multipropósito: marco referencial de diseño para corredores de transporte ferroviario. En: Centro de Políticas Públicas UC (ed), Propuestas para Chile. Concurso de Políticas Públicas 2018. Santiago: Pontificia Universidad Católica de Chile, pp. 163-170.

[4] Crousse, J.P.(2016). El Paisaje Peruano. Fondo Editorial PUCP. Lima. 

[5] Ministerio del Ambiente. (2018). Mecanismos de Retribución por Servicios Ecosistémicos hídricos con juntas de usuarios de Riego. Lima: Ministerio del Ambiente. Recuperado de: https://www.minam.gob.pe/economia-y-financiamiento-ambiental/wp-content/uploads/sites/128/2018/12/Brochure-MERESE-H%c3%8dDRICOS-1.pdf

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La agricultura urbana como respuesta a la escasez de alimentos provocada por la pandemia COVID 19

La Agricultura Urbana

Por Alex Ávila.
Ingeniero en Alimentos

La emergencia sanitaria provocada por la Covid 19 nos ha dejado muchas enseñanzas a la humanidad, una de las mas importantes “el dinero no lo compra todo”, esto quedó demostrado ante la dificultad del acceso a alimentos, especialmente en las ciudades.

El caos social, combinado con las restricciones a la movilidad que surgieron de las decisiones de los gobiernos de recurrir al aislamiento preventivo y obligatorio, evidenciaron la fragilidad de la cotidianidad de la humanidad, trayendo consigo el debate sobre lo que es esencial para garantizar la vida ciudadana.  Esto ha puesto a la agricultura urbana como una opción de acceso a alimentos sanos y seguros, además de una oportunidad para establecer un vinculo comunitario entre los vecinos, al presentarse la oportunidad de revivir el ¨trueque¨.

Agricultura Urbana - Blog ATUK

La humanidad nunca mas será la misma, estamos consientes que la mejor manera de afrontar la pandemia, es ¨blindarnos¨ con el consumo de alimentos cultivados de manera orgánica que sean un aporte valioso para nuestros sistemas inmunológicos.

Para la agricultura familiar se pueden utilizar diversos espacios no aprovechados de los hogares (patios, balcones, entre otros), así mismo, el contar con alimentos producidos en casa, favorece la disminución de la exposición de las personas al momento de realizar compras fuera del hogar.

Para el establecimiento de un huerto urbano se deben seguir algunos pasos: analizar la ubicación y condiciones necesarias para la implementación, capacitarse en las diferentes técnicas que implican cultivar especies agrícolas (especialmente las de ciclo corto), y por ultimo, implementar y mantener los cultivos; además de obtener productos sanos para nuestras familias, esta actividad reduce de manera significativa el estrés a las personas que lo practican, lo que la convierte en una de los mejores pasatiempos en los actuales momentos de pandemia.

Existen muchos beneficios a la hora de practicar la agricultura urbana, van desde el fortalecimiento de la seguridad y soberanía alimentaria, el reciclaje de desperdicios orgánicos, la generación de emprendimientos familiares, contribución a la resiliencia de las ciudades frente al cambio climático, el cambio de hábitos conductuales para niños y adultos, reducen las islas de calor, mejoramiento de la calidad del aire, absorben el ruido, reducción de la contaminación, debido a que los huertos urbanos reducen las emisión netas de dióxido de carbono, promueve la convivencia entre vecinos, reconexión de las personas con la naturaleza, etc., poner las manos en la tierra y comer alimentos que uno mismo ha cultivado, ayuda a lograr esa armonía que la gente tanto anhela, mas aun en los actuales tiempos de incertidumbre y recogimiento que vive la humanidad.

Agricultura Urbana - Blog ATUK

¿Quieres conocer como se diseña e implementa un huerto urbano? En la próxima entrada abordaremos este tema.

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Sistemas Urbanos y Sostenibilidad – Ciudad Compacta y Ciudad Difusa

Conceptos de Funcionamiento: La Ciudad Compacta y la Ciudad Difusa

Por Juan Varas.
Arquitecto

El mantenimiento de los sistemas urbanos requiere el consumo de materiales y energía (recursos naturales) que se obtienen de la explotación de otros sistemas de la naturaleza. Estos flujos, una vez que han entrado en los modelos de urbanización, salen de ellos en forma de residuos contaminantes que impactan sobre los sistemas de soporte.

La presión sobre estos sistemas, ya sea por explotación o por impacto contaminante, depende de cómo se organicen las ciudades. Reducir el consumo de energía, es decir, reducir el consumo de recursos, tiene que ver sobre todo con los modelos de ocupación del territorio, de urbanismo, de movilidad, arquitectónicos y de metabolismo urbano, también con los estilos de vida que, de un modo u otro, quedan reflejados en los modelos anteriores.

Cambiar de estrategia supone un cambio de la actual lógica económica que entiende el despilfarro como desarrollo, y con ello un cambio de los estilos de vida basados en la adquisición masiva de bienes de consumo, de ocupación de suelo, de agua y de energía.

Se entiende que la ciudad compacta y compleja es uno de los modelos que mejor resuelve la ecuación de la sostenibilidad. La compacidad en el ámbito urbano expresa la idea de proximidad de los componentes que conforman la ciudad, es decir, la reunión de los usos y las funciones urbanas en un espacio más o menos limitado. La compacidad, por tanto, facilita el contacto, el intercambio y la comunicación; la esencia de la ciudad.

En la ciudad difusa, los conflictos y fricciones que se sufren con el transporte, sólo pueden abordarse aumentando la infraestructura para resolver la saturación de la red, lo cual se traduce en mayor costo económico, mayor consumo de energía y mayor contaminación atmosférica.

Las soluciones formales adoptadas en la ciudad compacta permiten simplificar la movilidad, además de configurar una unidad entre espacio calle, espacio público y edificación.

La proximidad entre usos y funciones urbanas permiten  que el transporte público tenga la masa crítica para mantenerse, y que los desplazamientos en bicicleta y a pie crezcan.

La separación entre personas con posibilidades económicas diferentes en la ciudad compacta es menor que la que impone la ciudad difusa, con sus urbanizaciones y condominios cerrados ocupados según la renta, lo que supone, en un primer impacto, un elemento sustancial de cohesión social y convivencia. En cambio, la homogeneidad que atesoran las zonas monofuncionales de la ciudad es una de las causas de la mayor parte de las disfunciones de nuestros sistemas urbanos.

El análisis de ciertas realidades permite deducir que la segregación social que se manifiesta en las periferias y parte del centro de las ciudades está creando problemas de inestabilidad, inseguridad y marginación.

Los procesos de gentrificación que se producen al pensar a la ciudad compacta, generan diversidades sociales y culturales que enriquecen la convivencia ciudadana. De esta manera, los procesos de renovación urbana deberán contar con ciertos mecanismos de intervención que manifiesten la intención de densificar las ciudades. Algunos elementos a considerar en la planificación urbana son: espacio público, identidad barrial, intervención en la ciudad construida, generar nuevos nodos descentralizadores, el derecho a la ciudad, etc.

Las planificaciones urbanas son procesos complejos y lentos que requieren estudios exhaustivos en las formas de ocupación del suelo y comportamientos sociales, pero son esenciales para el desarrollo sostenible de las ciudades.

Hipótesis de intervención sobre la ciudad construida (Córdoba, Argentina) para la densificación y recalificación del espacio urbano. Arq. Juan Varas.

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¿Qué es Big Data?

Big Data es el concepto que describe todos los esfuerzos para capturar, almacenar, gestionar y analizar información [1,5]. El término no sólo hace referencia a grandes volúmenes de datos sino también a la alta velocidad a la cual los datos son capturados y cuya gran variedad [1] no permite una integración inmediata [2]. Además, el propósito de su análisis es descubrir conocimiento e identificar valor relevante en un contexto incierto por lo que la veracidad, es decir, la precisión y la consistencia, de los datos no está asegurada [4]. Big Data hace referencia entonces a datos secundarios, en el sentido de que ellos no están relacionados normalmente a algún objetivo de investigación, como por ejemplo, los datos obtenidos de procesos administrativos [5]. En otras palabras, este tipo de datos se encuentran, no se generan de acuerdo a un objetivo de investigación bien definido [6], sin instrumentos o métodos diseñados para obtenerlos de manera fiable para su uso científico [5]. Entonces Big Data se puede entender como un proceso.

El proceso completo de Big Data se presenta en la Ilustración 1. Se comienza por la captura de los datos a partir de varias fuentes de gran variedad y de diferente flujo, se continúa con los pasos de extracción, transformación y carga de información relevante, para luego iniciar la etapa de análisis, que comprende el filtrado y el muestreo de datos con el fin de procesarlos computacionalmente y visualmente [5].

Que es Big Data - ATUK

Ilustración 1. El proceso de Big Data.

Múltiples tecnologías, algoritmos, métodos y modelos son usados en Big Data con el fin de entender relaciones entre variables y explorar sobre los datos [3]. Las técnicas más desarrolladas son aquellas basadas en aprendizaje, como Machine Learning, Deep Learning, Data stream learning, etc. Con aprendizaje nos referimos a la capacidad que tienen los algoritmos computacionales para mejorar automáticamente a través de la experiencia [7]. La experiencia está incrustada en los datos por lo cual todo algoritmo deberá extraer las características de operación que están codificadas en dicha experiencia. Claramente es una definición abstracta y requiere de un contexto bien definido para ser operacionalizada.

¿Quiénes hacen Big Data?

Los actores, y su interacción, requeridos para llevar a cabo el proceso de Big Data se muestran en la Ilustración 2. La parte tecnológica y computacional está a cargo de ingenieros y arquitectos informáticos y matemáticos y estadístas. La parte de análisis incorpora expertos de la materia guiados por un equipo de investigación los cuales, todos, permitirán dar sentido a los datos y a los resultados del proceso de Big Data [5].

Que es Big Data - ATUK

Ilustración 2. Actores y su interacción en Big Data.

¿Por qué Big Data?

Por una nueva relación con la naturaleza. Big Data ha impactado notablemente en la investigación basada en datos en donde la eficiencia energética domina el área de interés de su uso seguido de agricultura inteligente, evaluación de desastres naturales, ciudades inteligentes y sostenibilidad [12].

Por una nueva economía. La economía centrada en los datos favorece la creación, captura y análisis de datos, como forma de mejorar la productividad y de incrementar los ingresos [10]. En efecto, la incorporación de Big Data en las empresas emerge como frente de innovación y competitividad a los retos y oportunidades que nacen de la revolución de la información [9].

Por una nueva forma de gobernanza. El uso de Big Data en el sector público puede ayudar a los gobiernos a mejorar el diseño de políticas y la prestación de servicios. La disponibilidad y el cruce de información gubernamental es esencial para entender y descubrir patrones de manera profunda y acertada. Además, el involucramiento de los principales actores dentro y fuera del gobierno es un importante factor para asegurar el acceso a información relevante y actualizada [1, 11].

Más allá de Big Data

Aunque la economía centrada en datos crea un lazo de retroalimentación operativa y estratégica, la acumulación por si sola de los datos no permitiría un crecimiento sostenido; esta economía requiere de innovación y de desarrollo tecnológico más avanzado [10].

Una posible corriente es la economía circular guiada por la Industria 4.0 que incluye a los sistemas ciber-físicos, Internet de las cosas (IoT), Cloud Computing y herramientas de computación cognitiva que van mucho más allá del Machine Learning que conocemos actualmente [9].

 

Luego, si bien el proceso de captura, almacenamiento y procesamiento de datos es lo más visible en Big Data, esto nos da una ilusión de que hemos llegado al estudio propio de toda la población [11]. Sin embargo, la exhaustividad en la captura de datos no es el objetivo de Big Data. Todo proyecto de Big Data se guía en un interés claro por parte de la organización o individuo que requiere solucionar, o al menos esclarecer, un problema dado.

 A manera de conclusión, Big Data no es una simple tecnología ni es solo un concepto integrado de tecnologías. Big Data es un proceso económico, ambiental y tecnológico que permite a cualquier organización mejorar su impacto humano, ambiental y productivo tomando decisiones informadas acerca de sus procesos internos y de su influencia desde y hacia su contexto.

Referencias

[1] Tomar, L., Guicheney, W., Kyarisiima, H., Zimani, T., Roseth, B., & Acevedo, S. (2016). Big Data in the Public Sector. Inter_Amercian Developmnet Bank. 

[2] Vijaylakshmi, S., & Priyadarshini, J. (2015). Big data analysis based on mathematical model: A comprehensive survey. J. Eng. Appl. Sci., 10(5), 2103-2107. 

[3] Oussous, A., Benjelloun, F. Z., Lahcen, A. A., & Belfkih, S. (2018). Big Data technologies: A survey. Journal of King Saud University-Computer and Information Sciences, 30(4), 431-448. 

[4] Emani, C. K., Cullot, N., & Nicolle, C. (2015). Understandable big data: a survey. Computer science review, 17, 70-81. 

[5] Japec, L., Kreuter, F., Berg, M., Biemer, P., Decker, P., Lampe, C., … & Usher, A. (2015). Big data in survey research: AAPOR task force report. Public Opinion Quarterly, 79(4), 839-880. 

[6] Taylor, S. (2013). “Real Scientists Make Their Own Data.” Sean J. Taylor Blog, January 25, 2020. Available at https://bit.ly/3cxJPqi.   

[7] Mitchell, T. (1997). Machine Learning. New York: McGrawHill. 

[8] Wamba, S. F., Akter, S., Trinchera, L., & De Bourmont, M. (2019). Turning information quality into firm performance in the big data economy. Management Decision.

[9] Tseng, M. L., Tan, R. R., Chiu, A. S., Chien, C. F., & Kuo, T. C. (2018). Circular economy meets industry 4.0: can big data drive industrial symbiosis? Resources, Conservation and Recycling131, 146-147. 

[10] Farboodi, M., & Veldkamp, L. (2021). A Growth Model of the Data Economy (No. w28427). National Bureau of Economic Research. Mars 30, 2021. Available at https://bit.ly/3sOay7P. 

[11] Amoore, L., & Piotukh, V. (2015). Life beyond big data: Governing with little analytics. Economy and Society44(3), 341-366. 

[12] Hassani, H., Huang, X., & Silva, E. (2019). Big Data and climate change. Big Data and Cognitive Computing, 3(1), 12.

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Cuantificación y Adicionalidad del Carbono

¿Cómo cuantificar y demostrar la adicionalidad en un proyecto de carbono?

En la entrada anterior de nuestra serie Mercados de Carbono habíamos definido el ciclo de un proyecto, los cinco pasos básicos para su registro -en base al estándar VCS y habíamos definido la adicionalidad que, según la Norma ISO 14064-2:2019, se refiere a “(…) Las reducciones de emisiones/aumentos de remociones de GEI causados por un proyecto de GEI se pueden describir como adicionales si son mayores en cantidad que el volumen de las reducciones de emisiones/aumentos de remociones de GEI que hubieran ocurrido en ausencia del proyecto”.

En esta entrada vamos a ejemplificar el cálculo de la adicionalidad y los escenarios que son necesarios definir para ello.

¿Cómo se originan los “beneficios” de carbono de un proyecto?

Primero recordemos que un proyecto es un conjunto de actividades que busca obtener un conjunto de resultados específicos. En un proyecto de carbono, el conjunto de actividades planificadas tiene por objeto evitar las emisiones de CO2 o capturarlas. Esta reducción de emisiones o aumento de remociones son, teóricamente, proporcionales al conjunto de actividades que se propone en el proyecto y, por supuesto, tienen un costo en el tiempo.

Cuantificación de Carbono

¿Cómo se distinguen los “beneficios” de carbono entre proyectos/escenarios?

Un diferente conjunto de actividades (incluso en un mismo ecosistema), supone un costo diferente y unos beneficios diferentes; es decir, escenarios diferentes. Pensemos en un proyecto con un conjunto de X actividades cuyo (potencial) costo es Y que (pretende) generar Z beneficios. El triple X, Y, Z es, entonces, un escenario. Un mismo proyecto podría tener diferentes escenarios si se definen diferentes conjuntos de actividades, costos y resultados/beneficios dentro del mismo. Sin embargo, para efectos de conceptualización y evitar confusiones utilizaremos el término proyecto para referirnos a un conjunto de acciones, costos y beneficios; por lo que un proyecto, en esta entrada, es un escenario.

Cuantificación de Carbono
Registro de un proyecto de carbono

La cuantificación de la adicionalidad de un proyecto depende de, al menos, tres escenarios. El primero es un escenario actual BASE, un estado del lugar de intervención antes del proyecto. El segundo es un escenario de línea base Business as Usual, BAU -por sus siglas en inglés-, que consiste en una estimación de cómo reaccionaría el escenario BASE en ausencia de intervención del proyecto de carbono. El tercero es un escenario del proyecto Sustainable Ecosystem Management, SEM -por sus siglas en inglés-, que engloba como se desarrollaría el escenario BASE con la intervención del proyecto de carbono. La relación causa y efecto se determina entre los escenarios BAU (Business as Usual) y SEM (Sustainable Ecosystem Management).

Cuantificación de Carbono
Los beneficios de carbono dependen del ecosistema donde se desarrolla, del estado inicial del lugar de intervención o, incluso, del tipo de programa o estándar que se utilice para calcularlos. Imaginemos un proyecto de carbono de conservación y restauración de ecosistemas con varios usos de suelo S_i , donde cada ecosistema -y uso de suelo- tiene tasas diferentes de captura -o almacenamiento- de carbono r_i pára los escenarios BAU y SEM.
¿Cómo se cuantifica la adicionalidad?
Supongamos que en la extensión territorial de este proyecto existen S_i tipos de ecosistema o usos de suelo donde i= 1,…,k. Cada uno de estos tiene una tasa de captura o almacenamiento de carbono en donde r_i1 representa la tasa de captura o almacenamiento en un escenario BAU y r_i2 en un escenario SEM. La adicionalidad se obtiene, en nuestro ejemplo, por la suma de las diferencias de las tasas de captura de carbono en cada ecosistema o usos de suelo presentes en los escenarios.

No obstante, los escenarios BAU y SEM no son los únicos que pueden formularse. De hecho, el mecanismo para la demostración y evaluación de adicionalidad en la verificación de carbono voluntaria sobre actividades de agricultura, forestación y usos de suelo de la herramienta VCS-VT0001 que vimos en la entrada pasada recomienda diseñar varios escenarios que recojan los potenciales riesgos, barreras y sensibilidades relacionadas con las actividades del proyecto de carbono. Además, cada escenario debe apegarse a la realidad y ser conservador en los potenciales resultados, pues el verificador podría invalidar la adicionalidad del proyecto si considera que los beneficios de carbono están sobrevalorados.

¿Cómo podemos demostrar la adicionalidad?

La adicionalidad en la herramienta VCS-VT0001 debe ser demostrada mediante la aplicación de los siguientes pasos:

Identificación de escenarios de uso de suelo alternativos a la actividad del proyecto AFOLU;
Análisis de inversión para determinar que la actividad del proyecto propuesto no es la más atractiva económica o financieramente de los escenarios de uso de la tierra alternativos identificados; o,
Análisis de barreras; y

Análisis de prácticas comunes.

El PASO 2 es particularmente importante y es lo que diferencia el concepto de adicionalidad de la norma ISO pues implica que un proyecto de carbono es considerado adicional sí -y solo sí- es menos atractivo que cualquier otra actividad que pueda desarrollarse en lugar del proyecto de carbono. Además de los beneficios de carbono, la adicionalidad se expresa con la diferencia entre el rendimiento financiero del proyecto (“atractivo”), que debe ser menor que, aquel que se alcanzaría con un escenario alternativo completamente ajeno al proyecto de carbono (por ejemplo, un escenario de explotación agrícola).

Para comparar el rendimiento económico o financiero de un proyecto y sus alternativas, se recomienda utilizar indicadores tales como el Valor Actual Neto (VAN), la Tasa Interna de Retorno (TIR) y el Retorno sobre la inversión (ROI).

¿Quieres saber más sobre los indicadores financieros de un proyecto de carbono?

En la próxima entrada abordaremos el cálculo de los indicadores financieros que nos permiten demostrar la adicionalidad de un proyecto de carbono.

¿Estás diseñando un proyecto de carbono para desbloquear los recursos provenientes del financiamiento climático? ¿O te interesa hacerlo?


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