Conceptos de Funcionamiento: La Ciudad Compacta y la Ciudad Difusa
Por Juan Varas.
Arquitecto
El mantenimiento de los sistemas urbanos requiere el consumo de materiales y energía (recursos naturales) que se obtienen de la explotación de otros sistemas de la naturaleza. Estos flujos, una vez que han entrado en los modelos de urbanización, salen de ellos en forma de residuos contaminantes que impactan sobre los sistemas de soporte.
La presión sobre estos sistemas, ya sea por explotación o por impacto contaminante, depende de cómo se organicen las ciudades. Reducir el consumo de energía, es decir, reducir el consumo de recursos, tiene que ver sobre todo con los modelos de ocupación del territorio, de urbanismo, de movilidad, arquitectónicos y de metabolismo urbano, también con los estilos de vida que, de un modo u otro, quedan reflejados en los modelos anteriores.
Cambiar de estrategia supone un cambio de la actual lógica económica que entiende el despilfarro como desarrollo, y con ello un cambio de los estilos de vida basados en la adquisición masiva de bienes de consumo, de ocupación de suelo, de agua y de energía.
Se entiende que la ciudad compacta y compleja es uno de los modelos que mejor resuelve la ecuación de la sostenibilidad. La compacidad en el ámbito urbano expresa la idea de proximidad de los componentes que conforman la ciudad, es decir, la reunión de los usos y las funciones urbanas en un espacio más o menos limitado. La compacidad, por tanto, facilita el contacto, el intercambio y la comunicación; la esencia de la ciudad.
En la ciudad difusa, los conflictos y fricciones que se sufren con el transporte, sólo pueden abordarse aumentando la infraestructura para resolver la saturación de la red, lo cual se traduce en mayor costo económico, mayor consumo de energía y mayor contaminación atmosférica.
Las soluciones formales adoptadas en la ciudad compacta permiten simplificar la movilidad, además de configurar una unidad entre espacio calle, espacio público y edificación.
La proximidad entre usos y funciones urbanas permiten que el transporte público tenga la masa crítica para mantenerse, y que los desplazamientos en bicicleta y a pie crezcan.La separación entre personas con posibilidades económicas diferentes en la ciudad compacta es menor que la que impone la ciudad difusa, con sus urbanizaciones y condominios cerrados ocupados según la renta, lo que supone, en un primer impacto, un elemento sustancial de cohesión social y convivencia. En cambio, la homogeneidad que atesoran las zonas monofuncionales de la ciudad es una de las causas de la mayor parte de las disfunciones de nuestros sistemas urbanos.
El análisis de ciertas realidades permite deducir que la segregación social que se manifiesta en las periferias y parte del centro de las ciudades está creando problemas de inestabilidad, inseguridad y marginación.
Los procesos de gentrificación que se producen al pensar a la ciudad compacta, generan diversidades sociales y culturales que enriquecen la convivencia ciudadana. De esta manera, los procesos de renovación urbana deberán contar con ciertos mecanismos de intervención que manifiesten la intención de densificar las ciudades. Algunos elementos a considerar en la planificación urbana son: espacio público, identidad barrial, intervención en la ciudad construida, generar nuevos nodos descentralizadores, el derecho a la ciudad, etc.
Las planificaciones urbanas son procesos complejos y lentos que requieren estudios exhaustivos en las formas de ocupación del suelo y comportamientos sociales, pero son esenciales para el desarrollo sostenible de las ciudades.
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