Category: Cambio Climático

Gobiernos locales de Manabí planifican proyectos para la Adaptación al cambio climático basada en Ecosistemas

54 representantes (27 % mujeres) de quince Gobiernos Autónomos Descentralizados (GAD) parroquiales, municipales y provincial de Manabí y de la Dirección Zonal del Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica del Ecuador (MAATE) trabajaron durante dos días en la identificación y fortalecimiento de sus ideas de proyectos orientados a incrementar la resiliencia frente al cambio climático de las comunidades y ecosistemas rurales en el taller “Diseño de Proyectos de Medidas de Adaptación al Cambio Climático basada en Ecosistemas (ACC-AbE)”. 

El taller se desarrolló en Portoviejo, provincia de Manabí, el 26 y 27 de septiembre de 2024 y fue impulsado por el Programa “Escalando medidas de Adaptación basada en Ecosistemas en áreas rurales de América Latina rural” (Programa EbA LAC, por sus siglas en inglés) en cooperación con ATUK Consultoría Estratégica y el Banco de Desarrollo del Ecuador (BDE).

Gobiernos locales de Manabí planifican proyectos para la Adaptación al cambio climático basada en Ecosistemas

Participantes en el Taller de Diseño de Proyectos ACC-AbE en Manabí, Ecuador

El taller buscó el fortalecimiento de las capacidades de los GAD en las áreas de implementación del Programa EbA LAC en Manabí para el desarrollo de perfiles de proyectos de Adaptación al Cambio Climático basada en Ecosistemas (ACC-AbE) orientados a la gestión sostenible, la conservación y la restauración de (agro) ecosistemas, en beneficio de comunidades rurales, y que eventualmente puedan ser propuestos al BDE para su financiamiento.

Durante el primer día, el BDE presentó principios de formulación de proyectos para guiar a los GAD en los procesos de diseño de proyectos. En el segundo día, ATUK fortaleció las capacidades de los GAD, incluyendo el uso de herramientas de Inteligencia Artificial, para la formulación de proyectos de adaptación climática.

Este taller se suma al proceso de fortalecimiento de capacidades y de asistencia técnica del Programa EbA LAC a los GAD para promover la integración y el fortalecimiento de la ACC-AbE en la planificación y gestión territorial. Así, este proceso apunta a promover la implementación y escalamiento de medidas de conservación, restauración y gestión sostenible del paisaje, orientadas a aumentar la capacidad adaptativa y reducir la vulnerabilidad frente al cambio climático de comunidades rurales.

Actualmente los GAD cuentan con proyectos en fase de diseño con el apoyo del Programa EbA LAC, que contribuyen a la adaptación al cambio climático en los sectores de soberanía alimentaria, agricultura y ganadería, patrimonio natural y patrimonio hídrico. Las ideas de proyectos que se están trabajando incluyen un rango de medidas que aportan a la adaptación al cambio climático de la población manabita, entre ellos: proyectos que impulsan la producción sostenible y resiliente de cultivos clave y su comercialización para aportar a las personas agricultoras y ganaderas. Así también, iniciativas de ecoturimo, conservación de áreas estratégicas (como zonas de importancia hídrica) y corredores biológicos para preservar el patrimonio natural de la provincia y así asegurar servicios ecosistémicos mediante manejo participativo. Otras iniciativas apuntan a la restauración ecológica de áreas de ribera y otros ecosistemas degradados para recuperar las funciones ecosistémicas para hacer frente a amenazas climáticas.

Eric Ochoa Tocachi, economista de ATUK Consultoría Estratégica, durante su intervención

Eric Ochoa Tocachi, Presidente de ATUK, dijo que en el taller se revisó el estado de avances de ideas o de proyectos de los GADs para contar con una canasta de proyectos de Adaptación basada en Ecosistemas, que puedan ser financiados por el BDE u otros financistas.

“En base al taller, estamos identificando primero qué GADs tienen una idea de proyecto y qué GADs ya tienen una idea más desarrollada a nivel de perfil o un proyecto desarrollado. Hemos avanzado muchísimo”, dijo Ochoa. Según Ochoa, lo que sigue es el desarrollo de los proyectos como tal; es decir que, al final del año o principios del 2025, todos tengan un proyecto ya desarrollado, con una misma estructura, diagnósticos y objetivos claramente definidos.

Según Michelle Anzules, plantean un mirador de bambú en Bachillero

Michelle Anzules, técnica de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí, ULEAM,61 indicó que la idea de proyecto que han planteado es un mirador ecoturístico en las orillas del río Carrizal, donde hay un balneario de agua dulce y no existe infraestructuras ni servicios.

“Se busca que la idea aún sea planteada en el Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial (PDOT) y faltarían más análisis y estudios. Este taller nos ha servido para fortalecer la idea del mirador ecoturístico con bambú, en línea con las medidas del Programa EbA LAC”, expresó.

Ana Zambrano, de la Prefectura de Manabí

A nivel de la Prefectura de Manabí, Ana Zambrano, de la Dirección de Ambiente del GAD Provincial, comentó que plantean como proyecto la actualización de los planes de manejo ambiental de las áreas de conservación que hay en la provincia de Manabí, que entrarían a formar parte del Sistema Provincial de Conservación y Uso Sostenible (SPACUS). “Las áreas que ya están creadas están desactualizadas en sus planes de manejo. La idea es esa, actualizar para poder implementar”, manifestó.

Representantes del Banco de Desarrollo durante su participación

La agenda del taller incluyó actividades que abordaron desde los conceptos sobre ACC-AbE y pasos clave para el diseño de proyectos, hasta ejercicios prácticos para la elaboración de propuestas. Asimismo, se discutieron y consensuaron formatos y estructuras junto con el BDE para el desarrollo de los proyectos de los GAD, lo que permitirá a las y los participantes aplicar directamente los conocimientos adquiridos en sus respectivos procesos de acceso a financiamiento.

El Programa EbA LAC –con el apoyo de ATUK– continuará brindando asistencia técnica en este proceso para fortalecer la planificación y gestión territorial, así como su financiamiento, y con ello aportar a la sostenibilidad y escalamiento de las medidas ACC-AbE en la provincia manabita.

El Programa EbA LAC es financiado por el Ministerio Federal Alemán de Medio Ambiente, Protección de la Naturaleza, Seguridad Nuclear y Protección del Consumidor (BMUV) a través de su Iniciativa Climática Internacional (IKI) y es implementado por la Cooperación Alemana para el Desarrollo (GIZ) como agencia líder, en asocio con la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) y el CATIE (Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza) en tres países: Ecuador, Guatemala y Costa Rica. En Ecuador, se implementa en estrecha coordinación con el Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE).

 

Texto: Equipo EbA LAC

Fotos: Equipo ATUK

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Encuentro de Líderes B for Good 2024

Inspirados por la acción: Dos ideas clave de la cumbre B for Good Leaders 2024

La reciente Cumbre B for Good Leaders Summit (https://www.bforgoodleaders.org/summit-2024/) en Ámsterdam reunió a más de 1,000 líderes, emprendedores e inversores con un mensaje claro: podemos cambiar el mundo, y muchos ya están tomando medidas para lograr este ambicioso objetivo.

 

La cumbre ofreció valiosos conocimientos sobre cómo navegar este movimiento global. Aquí hay dos conclusiones clave que resonaron con Diego Ochoa-Tocachi, CTO de ATUK, quien asistió a este encuentro:

 

El poder de las redes: Centrarse únicamente en soluciones a pequeña escala podría no ser suficiente. Como sugiere Rutger Bregman (https://www.linkedin.com/in/rutger-bregman-a4368213b/), necesitamos redes globales más flexibles y escalables que fomenten la colaboración y una economía circular. El trabajo de Monica Altamirano (https://www.linkedin.com/in/altamiranomonicaa/) enfatiza aún más la importancia de un enfoque combinado, aprovechando las estrategias de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo.

B for Good Leaders Summit 2024

Rentabilidad con propósito: La cumbre destacó un cambio en la perspectiva de los inversores. La idea de que “buscar la sostenibilidad y el impacto social ahora es rentable” está ganando terreno, como lo demuestran los comentarios de Vishesh Srivastava (https://www.linkedin.com/in/vishesh-srivastava-8135865/). Esto se alinea con el concepto de ergodicidad en los sistemas económicos, que explora el vínculo entre el desempeño a largo plazo y los resultados sociales y ambientales positivos.

 

Estas conclusiones provocaron una pregunta: ¿Cómo podemos implementar estas ideas en nuestras propias empresas e industrias? La cumbre sirvió como un poderoso recordatorio de que no estamos solos en esta búsqueda. ¡Continuemos la conversación y compartamos las mejores prácticas para crear un futuro más sostenible e impactante!

B for Good Leaders Summit 2024

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B for Good Leaders Summit 2024

Inspired by Action: Two Key Takeaways from the B for Good Leaders Summit 2024

The recent B for Good Leaders Summit in Amsterdam (https://www.bforgoodleaders.org/summit-2024/) brought together over 1,000 leaders, entrepreneurs, and investors with a clear message: we can change the world, and many are already taking action to achieve this ambitious goal.

 

The summit offered valuable insights on how to navigate this global movement. Here are two key takeaways that resonated with Diego Ochoa-Tocahi, ATUK’s CTO, who assisted this event:

 

The Power of Networks:  A focus on solely small-scale solutions might not be enough. As Rutger Bregman (https://www.linkedin.com/in/rutger-bregman-a4368213b/) suggests, we need more flexible and scalable global networks that foster collaboration and a circular economy. Monica Altamirano’s (https://www.linkedin.com/in/altamiranomonicaa/) work further emphasizes the importance of a combined approach, leveraging both bottom-up and top-down strategies.

B for Good Leaders Summit 2024

 

Profitability with Purpose:  The summit highlighted a shift in investor perspectives. The idea that “seeking for sustainability and social impact is now profitable” is gaining traction, as evidenced by Vishesh Srivastava’s (https://www.linkedin.com/in/vishesh-srivastava-8135865/) comments. This aligns with the concept of ergodicity in economic systems, which explores the link between long-term performance and positive social and environmental outcomes.

 

These takeaways sparked a question: How can we implement these ideas in our own companies and industries?  The summit served as a powerful reminder that we’re not alone in this pursuit. Let’s continue the conversation and share best practices to create a more sustainable and impactful future!

B for Good Leaders Summit 2024

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Análisis multicriterio geo-espacial de medidas de adaptación al cambio climático basadas en ecosistemas ACC-AbE en Manabí, Ecuador

¿Cómo citar este estudio?

Ochoa-Tocachi, Eric; Galeas, Raúl; Ávila, Daniela; Ochoa-Tocachi, Diego; Ochoa-Tocachi, Boris F.; (2023). Análisis multicriterio geo-espacial de medidas de adaptación al cambio climático basadas en ecosistemas ACC-AbE en Manabí, Ecuador. ATUK Consultoría Estratégica, Programa EbA-LAC, Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, Portoviejo, Ecuador.

Enlace a Programa EbA-LAC:

Programa Escalando Medidas de Adaptación basada en Ecosistemas (AbE) en la América Latina rural: https://www.ebalac.com/es/

Resumen ejecutivo

El Programa “Escalando Medidas de Adaptación basada en Ecosistemas (AbE) en áreas rurales de América Latina” (EbA LAC: https://ebalac.com/es/) es financiado por la Iniciativa Internacional del Clima (IKI) del Ministerio Federal Alemán de Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza y Seguridad Nuclear (BMU), y es implementado (2021-2025) por la Agencia de Cooperación Alemana para el Desarrollo (GIZ como líder del consorcio), el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) y la UICN, en estrecha coordinación con los ministerios de ambiente de Ecuador, Costa Rica y Guatemala (países de implementación). En Ecuador, la contraparte política del Programa es el Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE).

El Programa EbA-LAC contrató a ATUK Consultoría Estratégica para brindar servicios especializados de consultoría para: 1) caracterizar 10 medidas de adaptación al cambio climático basada en ecosistemas (medidas ACC-AbE) relacionadas a cambios en las características biofísicas y técnicas de los sistemas productivos / ecosistemas naturales; 2) aplicar un análisis costo-beneficio y de modelación con la herramienta InVEST (Integrated Valuation of Ecosystem Services and Trade-offs, o Valoración integrada de servicios ecosistémicos y compensaciones) (https://naturalcapitalproject.stanford.edu/software/invest); y, 3) aportar a la priorización de las medidas ACC-AbE mediante un análisis multi-criterio que incluye dimensiones financieras, sociales y ecosistémicas e información geoespacial complementaria. Los sitios prioritarios son las áreas de escalamiento del Programa EbA-LAC en Manabí, Ecuador.

El estudio se dividió en cuatro componentes de trabajo: caracterización, modelación biofísica, modelación económica y análisis multicriterio. La caracterización permitió definir plenamente el alcance geográfico e identificar las características de los usos de suelo y de las medidas de ACC-AbE. La modelación biofísica correspondió a la aplicación de la herramienta InVEST (módulos de rendimiento hídrico estacional SWY, y tasa de producción de sedimentos SDR), mediante la comparación del desempeño de los usos de suelo actuales versus las medidas ACC-AbE y considerando las condiciones climáticas actuales y las condiciones climáticas futuras. La modelación económica correspondió al análisis del desempeño financiero de los usos de suelo actuales versus el de las medidas ACC-AbE y, posteriormente, la generación de indicadores de costo-beneficio de cada uno. Finalmente, se combinaron todos estos resultados mediante un análisis multicriterio geoespacial, el cual es el foco del presente producto, para generar mapas de impacto para cada indicador y beneficiario, y mapas de priorización de las medidas espacialmente.

Para esto, se utilizó un conjunto de modelaciones e indicadores para considerar las diferencias de desempeño en términos ecosistémicos, financieros y sociales. Esto incluyó comparar: 1) en términos ecosistémicos: diferencias en caudal base, escorrentía, recarga hídrica subterránea, erosión de suelo, transporte de sedimentos, conectividad ecosistémica; 2) en términos financieros: productividad, costo-beneficio; 3) en términos sociales: generación de empleo, diversificación de la producción de alimentos. Los resultados obtenidos muestran 5 niveles: muy baja, baja, moderada, alta y muy alta prioridad para la implementación de medidas ACC-AbE.

Los resultados muestran que las áreas de muy baja, baja y media prioridad son las más extensas abarcando en conjunto el 81,29 % de la extensión (114 247 ha). Las áreas de prioridad alta comprenden el 10,17 % (14 292 ha)) y las áreas de muy alta prioridad representan el 8,54 % (12 001 ha). Se observa que Chirijos y Honorato Vásquez tienen, en términos relativos, el mayor porcentaje su superficie con áreas de alta y muy alta prioridad (sumando 60,55 % y 55,04 %, respectivamente). Le siguen Quiroga y San Plácido con 37,56 % y 31,07 %, respectivamente, de su superficie categorizada como de alta y muy alta prioridad. Luego, Membrillal (17,60 %) y Junín (11,48 %) con menor extensión áreas de alta y muy alta prioridad. Y, finalmente, Chone (2,46 % de áreas de alta y muy alta prioridad), Bachilero (1,21 %) y Ángel Pedro Giler (apenas 0,79 % de áreas de alta y muy alta prioridad).

En términos relativos, la medida ACC-AbE más favorable es la de manejo forestal sostenible, donde el 86,01 % de su extensión se sitúa en zonas de alta y muy alta prioridad. Le sigue la Conservación ACU – APH (71,27 %). Las demás medidas están situadas en áreas de significativamente menor prioridad: los sistemas agroforestales (SAF de uso diversificado, 33,34 %); el manejo sostenible de la balsa (15,67 %); la producción sostenible de cacao (11,16 %); y la restauración con especies nativas, conservación de suelo y SAF mixtos (11,07 %), la producción sostenible de maíz (9,03 %), el manejo sostenible de caña guadúa/bambú (5,48 %), los sistemas silvopastoriles adaptados a sequía e inundaciones (4,37 %), y la producción sostenible de mandarina (0,25 %).

El análisis multicriterio permitió identificar las zonas en donde se esperan los impactos potenciales más importantes vinculados con los mapas de beneficiarios específicos, produciendo mapas de prioridad para cada indicador identificado. Adicionalmente, el gran valor de incorporar y combinar aspectos socioeconómicos con los resultados del modelamiento biofísico genera resultados robustos para la planificación e implementación de medidas AbE en territorio que no están limitadas o sesgadas solamente hacia el componente humano, el componente económico o el componente ambiental de forma separada.

Estos resultados constituyen una herramienta de planificación que podría ser utilizada para definir con mayor detalle las áreas donde se quiere o se debe implementar las medidas ACC-AbE. De esta manera, se pueden focalizar recursos y tener una intervención operativa en territorio. Es importante considerar que los resultados parten del uso de información secundaria y de la generación de modelos. Debido a esto, se espera que el Programa EbA-LAC inicie un proceso en campo que tome en cuenta realidades en términos ambientales y socioeconómicos para la validación de las medidas ACC-AbE en territorio. Esperamos que esta información sea útil para guiar el Plan de Implementación de Medidas ACC-AbE en campo y permita su éxito y la optimización de recursos.

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Beneficios modelados en carbono e hidrología de los bionegocios y ecosistemas

Raúl Galeas, Msc. – Especialista en SIG y modelación de carbono

Daniel Tenelanda, MSc. – Especialista en modelación hidrológica

¿Cómo citar este documento?

 

Ochoa-Tocachi, BF; Galeas, R; Tenelanda, D; (2022). Beneficios modelados en carbono e hidrología de los bionegocios y ecosistemas. ATUK Consultoría Estratégica, PROFONANPE, Iquitos, Perú.

 

Enlace al resumen ejecutivo:

https://profonanpe.org.pe/wp-content/uploads/2023/05/Beneficios-modelados-en-carbono.pdf

 

Introducción

El proyecto Humedales del Datem tiene como objetivo mejorar la resiliencia de las comunidades indígenas que viven en los ecosistemas de humedales ricos en reservas de carbono en la Provincia Datem del Marañón, región Loreto, Perú, y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), producidos por la deforestación.

 

Para cumplir con este objetivo, el proyecto implementa diversas actividades orientadas al fortalecimiento de capacidades de las instituciones gubernamentales y de base comunitaria, el desarrollo de bionegocios sostenibles en áreas de manejo de recursos naturales y el desarrollo de ciencia, tecnología y gestión del conocimiento. Los bionegocios promueven el manejo sostenible de los recursos naturales para beneficio de los pueblos indígenas de la zona, con el fin de mejorar sus capacidades organizativas, técnicas, financieras y de comunicación para guiar la transformación y comercialización de su producción.

 

El Fondo Ambiental del Perú (PROFONANPE), en colaboración con ATUK Consultoría Estratégica, realizó un estudio para la generación y modelación de escenarios hidro-climáticos, con el objetivo de evaluar el potencial de captura y almacenamiento de carbono y reducción de emisión de gases de efecto invernadero de los bionegocios y ecosistemas en la provincia del Datem del Marañón, así como medir su efecto hidrológico para reducir inundaciones y carga de sedimentos. Esta información permite evidenciar el valor de los bionegocios y los ecosistemas de la selva peruana con una mirada de mitigación y adaptación frente al cambio climático.

 

Para la evaluación del potencial de mitigación del cambio climático, se ha definido un cuadrante que se genera a partir de la delimitación de la cuenca donde se realiza el análisis hidrológico (Figura 1). Este cuadrante constituye el área de estudio, y es donde se ha generado el mapa de cobertura (ecosistemas) y uso del suelo. Este mapa constituye el punto de partida para identificar las áreas intervenidas y las áreas naturales, las mismas que posteriormente son modificadas para disponer de un escenario de línea base y uno proyectado donde se evaluaron los beneficios en términos de carbono de la implementación de los bionegocios.

 

Figura 1. Mapa de bosques y usos del área de estudio. Las subcuencas marcadas con los números 3, 4 y 8 son objeto de la modelación hidrológica. Los puntos negros corresponden a centros poblados. El color verde representa área de bosque, el color azul son cuerpos de agua y el color amarillo son zonas sin bosque. El color rojo representa pérdidas de bosque entre los años 2001 y 2020. Fuente: PROFONANPE, 2022. Elaboración: ATUK Consultoría Estratégica, 2022.

Modelación de carbono

La modelación de carbono parte de la definición de 3 escenarios, los mismos que son comparados con el potencial de los bionegocios en términos de beneficios de carbono.

  • El escenario 1, presenta los bionegocios dentro de las áreas de influencia. Fuera de estas áreas se considera la propagación de monocultivos con la finalidad de revisar el contraste que pueden tener las actividades de los bionegocios frente a las actividades productivas convencionales en el área piloto.
  • El escenario 2, considera que los bionegocios se expanden en toda el área de los corredores y fuera de estos corredores, las áreas intervenidas se presentan como monocultivos.
  • El escenario 3, constituye el más nocivo, y dentro del mismo se considera que no existen bionegocios y prácticamente todas las áreas intervenidas son transformadas a monocultivos. En este escenario se evalúa en términos de cuáles son las consecuencias de no tener bionegocios en el área piloto.

Mediante el establecimiento de estos escenarios se hace posible determinar los cambios en las reservas de carbono y emisiones de GEI, contrastando el área donde se establecen los bionegocios con posibles usos previos del suelo especialmente relacionados con monocultivos.

Un componente central del proceso de estimación del potencial de mitigación es la selección de los reservorios de carbono y las fuentes de emisiones de GEI. Para esto se ha utilizado bibliografía existente relacionada con los sistemas de chakra amazónicas como referencia para los bionegocios, y los usos del suelo previos al establecimiento de bionegocios en los escenarios del presente estudio, así como los datos por defecto que se presentan en las guías del IPCC. En el caso de los reservorios se ha considerado la biomasa aérea, biomasa subterránea, necromasa y el carbono en suelos; y por otro lado para las fuentes se ha considerado las emisiones por quemas y ganado.

El cálculo del potencial de mitigación se lo proyecto con un alcance temporal de la implementación de bionegocios por 30 años (este valor puede variar dependiendo de las proyecciones que se quieran realizar).  La estimación del potencial de mitigación se ha planteado mediante la comparación de los bionegocios, frente a la implementación de actividades previas como el establecimiento de monocultivos en diferentes condiciones y escenarios.

Los resultados para el área piloto de la Provincia del Datem del Marañón muestran que el potencial neto de mitigación al cambiar un monocultivo de cacao al sistema de bionegocios es el más alto registrado un valor de 4’208.263,08 tCO2. En el escenario donde el 80% es un monocutlivo y el otro 20% se encuentran los bionegocios (escenario actual), el cambio por la actividad RPF muestra un potencial de mitigación neto es de 2’603.739,94 tCO2/ha. Finalmente, el escenario donde el 42% de corresponde a monocultivos y el 58% a bionegocios (escenarios de expansión en todos los corredores), el potencial de mitigación neto de cambiar todo con la actividad es de 1’366.963,47 tCO2/ha.

Finalmente, se ha generado una herramienta de cálculo de Excel que presenta los resultados expuestos en el presente documento. Esta herramienta podrá ser utilizada por el proyecto para actualizar los resultados en caso de que se disponga de información a mayor detalle o de que se quieran cambiar los parámetros para los cálculos.

 

Figura 2. Resumen de cálculos del potencial de mitigación del área piloto de la Provincia del Datem del Marañón. Fuente y elaboración: ATUK Consultoría Estratégica, 2022.

Modelación hidrológica

Los impactos hidrológicos fueron evaluados a través de modelaciones hidrológicas, usando los mismos escenarios derivados anteriormente. Así, los escenarios fueron utilizados para una evaluación de las posibles tendencias de cambio con respecto a la producción de caudal líquido y cantidad de sedimentos. De esta manera discutir los beneficios hidrológicos de la línea base o actual con respecto a escenarios positivos que involucran conservación, restauración y manejo sostenible (como el caso de expansión de bionegocios) y escenarios negativos que implican deforestación o implementación de monocultivos.

Se determinaron tres subcuencas que drenan naturalmente en el interior del área piloto (Figura 1) para evaluar de mejor manera los escenarios configurados y las áreas de intervención ya sea en expansión o reducción de los bionegocios. Los máximos porcentajes de cambio en cada escenario corresponden al 1.76% de cambio con respecto al escenario de línea base en la subcuenca #8. Estos porcentajes de cambio son menores al 1% en las subcuencas #3 y #4, reflejando así las buenas prácticas de conservación que se han venido ejecutando en la zona.

Los modelos hidrológicos han demostrado ser una herramienta con gran potencial para evaluar la disponibilidad del agua y sus impactos. Particularmente, SWAT ha sido ampliamente utilizado en varios estudios a nivel mundial y a diferentes escalas espacio-temporales e incluso en zonas tropicales amazónicas. En este sentido, el modelo hidrológico Soil Water Assessment Tool (SWAT) puede representar la variabilidad espacial de las variables de entrada y salida, siendo una de sus mayores fortalezas. Por esto, SWAT a pesar de necesitar gran cantidad de información biofísica (Modelo digital de elevaciones, cobertura vegetal, tipo de suelo) y climática (Precipitación, Temperaturas máxima-mínima) ha demostrado ser una de las mejores herramientas para evaluar los cambios de usos de la tierra en modelación hidrológica. 

Los resultados obtenidos con respecto a la generación de caudales no mostraron diferencias sustanciales entre la inter-comparación de escenarios que permitan reflejar los beneficios hidrológicos a través de esta variable. Lo cual se puede atribuir de manera general a los pequeños porcentajes de cambio con respecto a los escenarios, que en el mejor de los casos reflejaron un valor del 1.76% en la subcuenca de interés #8. No obstante, los beneficios hidrológicos de la expansión de bionegocios a través de los corredores se vieron mejor reflejados en la evaluación de la variable de caudal solido (toneladas) y la producción de sedimentos (toneladas/hectárea). Reflejando una disminución con respecto a la línea base y mayor aun con respecto al escenario de expansión de monocultivos.

Se esperaría que a una escala espacial más fina de evaluación (p.ej., microcuencas menores a 20 km2), las evaluaciones serán mejor contrastadas con respecto a los escenarios. Por otro lado, esta evaluación necesitaría de una mayor demanda de datos, así como una mejor resolución del DEM (p.ej., determinada por aerofotografía) para poder determinar un área de drenaje en esta escala. Infiriendo la topografía plana del modelo digital de elevaciones de 12.5 m de resolución, que a su vez ya demanda de un alto costo computacional para su procesamiento.

 

Figura 3. Caudales y producción de agua promedio mensual multianual simulada en las subcuencas de interés. Los colores representan la producción total de agua, mientras más oscuro el color, mayor caudal. Fuente y elaboración: ATUK Consultoría Estratégica, 2022.

Figura 4. Caudales sólidos y producción de sedimentos promedio mensual multianual simulada en las subcuencas de interés. Los colores representan la producción total de agua, mientras más oscuro el color, mayor caudal. Fuente y elaboración: ATUK Consultoría Estratégica, 2022.

En la Figura 4, no se observan cambios significativos en la producción de sedimentos entre los escenarios, debido a las áreas pequeñas que son intervenidas (1–3%). El escenario de bionegocios es capaz de reducir la erosión del suelo y por tanto el transporte de sedimentos en los ríos para evitar la afectación de la calidad física del agua. El escenario de deforestación total muestra que los bosques y los bionegocios ayudan a reducir la erosión del suelo y el transporte de sedimentos. Si estos son deforestados, se espera que la carga de sedimentos se multiplique por un factor de entre 3 y 6 veces el valor actual, afectando considerablemente la calidad física del agua.

 

Como principal conclusión podemos decir que las acciones de conservación y producción amigable con el ambiente que al momento se han evaluada a través de las modelaciones, tanto de carbono e hidrológicas, usando como proxy los escenarios construidos con información de pérdida de bosque hasta el año 2021, contrastan en los resultados un buen manejo de las subcuencas en la zona de estudio.

 

Enlace al resumen ejecutivo:

https://profonanpe.org.pe/wp-content/uploads/2023/05/Beneficios-modelados-en-carbono.pdf

 

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Necesidades de monitoreo y evaluación de medidas de adaptación hacia el cambio climático

Los ecosistemas andinos tropicales juegan un papel fundamental en el mantenimiento y abastecimiento de agua, de la cual dependen más de 50 millones de personas en los Andes Tropicales. Estos ecosistemas también son fundamentales en el mantenimiento del clima a nivel regional y continental al captar gran cantidad de agua de las masas de nube que se precipitan por efectos de la orografía andina. Además, albergan una gran diversidad biológica caracterizada por su alto grado de singularidad y rareza.

 

Debido a estas características estos ecosistemas presentan un alto grado de vulnerabilidad frente al cambio climático (CC) y los cambios de cobertura y uso del suelo. Estos cambios influyen en la pérdida de biodiversidad, que a su vez afectan profundamente la seguridad hídrica y el bienestar humano. Para aumentar la resiliencia y disminuir la vulnerabilidad de las poblaciones a los impactos del CC (incluyendo desastres socio-naturales), se implementan medidas de mitigación y adaptación (Vuille, 2013) (p. ej. restauración, reforestación y construcción de infraestructura gris). Así, las medidas de adaptación que se implementen, según Bergkamp et al. (2003), tienen por objetivos:

 

  1. Reducir la vulnerabilidad de las personas y las sociedades a los cambios en las tendencias hidrometeorológicas, el aumento de la variabilidad y los fenómenos extremos.
  2. Proteger y restaurar ecosistemas que proporcionan recursos y servicios hídricos y terrestres críticos.
  3. Cerrar la brecha entre la oferta y la demanda de agua.

 

Por otra parte, Donatti et al. (2021) sugiere priorizar estas medidas de adaptación considerando el siguiente orden:   

  1. La magnitud de la intervención.
  2. El número de beneficiarios.
  3. El número de compromisos.
  4. Los costos de la solución.
  5. La aceptación y voluntad política.
  6. El apoyo de las partes interesadas.
  7. Capacitaciones técnica y financiera para la implementación.

 

En los últimos años ha aumentado el interés por planificar e implementar medidas de adaptación y reducir la vulnerabilidad de las poblaciones al CC. La mayoría de estas medidas, que nacen desde las necesidades identificadas por entidades gubernamentales de los países en vías de desarrollo (p. ej. Madagascar, Kenia, Ecuador, Colombia, Bolivia, Costa Rica) (Christiansen et al., 2018), se han implementado con el apoyo económico de financiadores internacionales (p. ej. CEPAL, CAF, GIZ, UE, FIIAPP), técnico de entidades implementadoras (p. ej. IUCN, IISD, EUROCLIMA+, ONU) y técnico-financiero de las instituciones gubernamentales. Las medidas incluyen a todas las partes interesadas, como son la sociedad civil, las instituciones gubernamentales y ONG, las cuales se basan en las capacidades de las personas, fomenta el aprendizaje conjunto e invierte en la gestión de conflictos (Bergkamp et al., 2003).

 

Se destacan las medidas de adaptación basadas en la naturaleza o en ecosistemas. Estas medidas hacen referencia al uso de la biodiversidad y a la infraestructura natural para ayudar a las poblaciones a adaptarse a los efectos adversos del cambio climático. Incluye, por ejemplo, la gestión sostenible y la conservación y restauración de ecosistemas que tienen beneficios colaterales sociales, económicos y culturales para las comunidades locales (GIZ et al., 2020). Aunque muy brevemente, se menciona a las medidas de adaptación basadas en infraestructura gris (Hammill & Dekens, 2014). Lo importante es que las medidas implementadas sean sostenibles, con base en la disponibilidad de recursos económicos, sociales e institucionales (INECC, 2019) porque los beneficios para las poblaciones deben continuar después del periodo de implementación.

 

Lo que queda entonces es evaluar los resultados de las medias implementas. Esto porque la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) ha pedido a los países informar –como una acción de rendición de cuentas– sobre los resultados de las medidas de adaptación (Christiansen et al., 2018). Sin embargo, aún no están claramente identificados los sistemas de monitoreo y evaluación de las medidas de adaptación (M&E)  y peor aún los indicadores para la evaluación de las mismas (Leiter, 2017). Esto es porque no existe un consenso respecto a cuál/es de las múltiples guías disponibles para el M&E es la indicada para un proyecto y área de estudio específicos. No obstante, como punto de partida se puede seguir el siguiente esquema para el M&E en cualquier etapa de la implementación de una medida de adaptación. 

 

  1. Determinar el propósito del M&E: El propósito general del M&E puede ser para la generación de políticas, gestión, aprendizaje, rendición de cuentas. Se debe determinar si se desea evaluar los procesos (p. ej. monitoreo de la implementación de un Plan Nacional de Adaptación) o los resultados de una medida (p. ej. evaluar si la vulnerabilidad se ha reducido como resultado de un proyecto) (Leiter, 2017). El propósito del M&E se puede definir antes, durante y después de implementada una medida.

 

  1. Conectar el propósito con un enfoque de M&E viable: Es necesario recalcar que existen una variedad de enfoques para el M&E con un rango de complejidad variado (incluyendo técnicos y financieros) para un mismo propósito. Básicamente significa tener una idea clara de las necesidades de información y preguntas clave que deben ser contestadas por el M&E (Hammill & Dekens, 2014). Este punto es crucial para la selección de indicadores.

 

  1. Selección de indicadores: La selección de los indicadores depende de la escala de análisis; y pueden ser indicadores cuantitativos y cualitativos de las áreas socio-económicas y físicas (i.e., procesos ambientales) para el M&E de un proyecto finalizado, en desarrollo o un escenario futuro. Otro punto importante a tratar es que, para la generación de los indicadores, debe haber una comunicación continua entre las partes interesadas (p. ej. pobladores, líderes comunitarios, tomadores de decisiones locales, agencias gubernamentales y no gubernamentales) incluyendo una serie de talleres/encuentros e informes (Donatti et al., 2021). Así se podrá evaluar las amenazas climáticas y la vulnerabilidad de las poblaciones eficazmente.

 

  1. Generación de escenarios tendenciales: Los escenarios se pueden entender como “supuestos” externos o internos que afectan la trayectoria del medio analizado (p. ej. población, país, cuenca hidrográfica). Cuando el objetivo del M&E es evaluar la eficiencia de una medida a un escenario futuro (p. ej. cambio en los patrones de lluvia) se sugiere utilizar escenarios científicamente confiables como lo son los escenarios de cambio climático y econométricos del IPCC o los escenarios de tendencias climáticas y socio-económicas gubernamentales. También pueden evaluarse los cambios en la gestión de las cuencas hidrográficas (p. ej. cambios de uso y ocupación de suelo y de la infraestructura natural o instalación de proyectos hidroeléctricos) mediante modelos físicos y socio-económicos. Luego de identificado el escenario se estima cada indicador hacia el futuro (p. ej. mediante correlaciones).

 

  1. Evaluación: Es una revisión estadística/objetiva en un punto específico en el tiempo (INECC, 2019). Con los indicadores para el M&E de un proyecto finalizado, en desarrollo o un escenario futuro los resultados obtenidos permiten un análisis de la información con miras a replicar la medida, realizar modificaciones para lograr los resultados deseados o seleccionar medidas para lograr/evitar un escenario futuro. En esta etapa es recomendable preparar una teoría del cambio para el seguimiento y la evaluación de las soluciones (desde la situación actual a la situación ideal, incluyendo las actividades y resultados) (Donatti et al., 2021; INECC, 2020). Por tanto, la evaluación permite rediseñar o realizar recomendaciones prácticas y aplicables cuando los resultados no son los esperados según los resultados estadísticos y/o la teoría del cambio.

 

Luego del M&E, el diseño, rediseño o finalización del proyecto debe basarse en factores como la magnitud de la intervención, sus beneficios, ventajas y desventajas, costos, aceptación y de implementación. Esto es porque el M&E constituye el núcleo de la gestión adaptativa. Sin ser plenamente consciente de los avances realizados, será muy difícil aprender de los éxitos y fracasos de las medidas implementadas y adaptarse a las condiciones cambiantes. Pero, además, es importante contar con el apoyo de los tomadores de decisiones, líderes políticos y entidades privadas para priorizar la implementación de las medidas y el M&E para ayudar las poblaciones (sobre todo al sector indígena, rural y femenino) y al sector íntimamente ligado al agua (p. ej. agricultores, empresas de generación de electricidad y potabilización del agua) para una adecuada adaptación hacia el cambio climático (Bergkamp et al., 2003).

Referencias:

Bergkamp, G. J. J., Orlando, B., & Burton, I. (2003). Change: adaptation of water resources management to climate change. IUCN.

 

Christiansen, L., Martínez, G. & Naswa, P. (2018.) Sistemas de medición de la adaptación: perspectivas sobre cómo medir, agregar y comparar los resultados de la adaptación. Asociación ONU Medio Ambiente-DTU, Copenhague.

 

Donatti, C., Martínez-Rodríguez, M., Fedele, G., Harvey, C., Andrade, A., Scorgie, S. & Rose, C.  (2021). Directrices para el Diseño, la implementación y el Monitoreo de Soluciones basadas en la naturaleza para la adaptación. Conservation International.

 

GIZ, UNEP-WCMC and FEBA. 2020. Guidebook for Monitoring and Evaluating Ecosystem-based Adaptation Interventions. Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH, Bonn, Germany.

 

Hammill, A. & Dekens, J. (IISD), Leiter, T., Olivier, J., Klockemann, L., Stock, E. & Gläser A., (GIZ) (2014). Repositorio de Indicadores de Adaptación. Casos reales de sistemas de Monitoreo y Evaluación nacionales. IISD GIZ Bonn.

 

Leiter, T. (2017). The Adaptation M&E Navigator: a decision support tool for the selection of suitable approaches to monitor and evaluate adaptation to climate change. In evaluating climate change action for sustainable development (pp. 327-341). Springer, Cham.

 

INECC. 2019. Criterios para el monitoreo y evaluación de las medidas de adaptación al cambio climático. Nota técnica. Proyecto “Construcción de esquemas de monitoreo y evaluación de la adaptación en México para la formulación de políticas públicas basadas en evidencia” (INECC-CONACYT). Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), México D.F.

 

INECC. 2020. Nota Técnica: Propuesta de indicadores para el Monitoreo y Evaluación de la adaptación al cambio climático en México. Instituto Nacional de

Ecología y Cambio Climático (INECC), México D. F.

 

Vuille, M. (2013). El cambio climático y los recursos hídricos en los Andes tropicales. Banco Interamericano de Desarrollo, 21.

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Eventos del IPCC sobre impactos, adaptación y vulnerabilidad para Latinoamérica

El grupo de trabajo I del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) entregó su informe sobre la base científica física del cambio climático en agosto de 2021, el grupo de trabajo II publicó su informe sobre impactos, adaptación y vulnerabilidad en febrero de 2022 y el grupo de trabajo III publicó su contribución sobre mitigación del cambio climático en abril de 2022. Todos los reportes contribuyen al informe de síntesis AR6 que se publicará a fines de 2022 o principios de 2023. Estos informes presentan evidencia importante sobre los impactos del cambio climático en nuestros sistemas naturales y humanos y las posibles soluciones y caminos necesarios hacia un desarrollo sostenible. El cambio climático, al ser transversal a todas las ciencias, requiere una divulgación de estos informes a la comunidad científica, las partes interesadas y el público en general. Aquí comentaremos sobre algunos eventos oficiales de divulgación del IPCC para América Latina (Ministerio del Ambiente, 2022; NovoPangea, 2022; NovoPangea LATAM,2022; REGATTA PNUMA, 2022).

El mensaje más importante entregado en todos los eventos y por muchos oradores es la principal conclusión de los informes del IPCC que enfatizan nuestra responsabilidad como seres humanos sobre el cambio climático y las acciones urgentes para elegir un nuevo camino que asegure un futuro habitable. Varios disertantes de los eventos señalaron los avances de estos informes AR6 en comparación con informes anteriores que incluyen una mayor participación de autoras (45%), autores de países en desarrollo (43%) y una mayor presencia de las dimensiones humanas del cambio climático.

En cuanto a los impactos, la adaptación y la vulnerabilidad presentados en los eventos de divulgación para la región del Noroeste de América del Sur (NWS), se trataron en su mayoría en torno a la idea de sistemas naturales y humanos acoplados. El ser humano provoca cambios climáticos que generan impactos y riesgos al medio ambiente y consecuentemente a la vida humana. Sin embargo, los humanos también pueden ser los que restauran y conservan los entornos para evitar daños mayores. El riesgo fue un aspecto crítico abordado en los eventos de divulgación al desagregarlo en sus componentes: amenazas, exposición y vulnerabilidad. En la región del NWS ya se han observado diversos impactos como aumentos en la temperatura media, olas de calor y niveles oceánicos y sus consecuentes impactos en el agua, los ecosistemas, la seguridad alimentaria, la salud humana y la migración (IPCC, 2022). Se prestó especial atención a los sistemas humanos en los eventos de divulgación, con exposiciones sobre migración y desigualdad de género. La migración de las áreas rurales a las ciudades ocurre principalmente debido a la centralización de oportunidades en las principales ciudades de la región. Los Andes, es un ejemplo de un lugar donde la migración se intensificó debido al cambio climático y a los desafíos socioeconómicos en la región rural. La migración observada hacia las ciudades ha mostrado ser un proceso fallido. Los migrantes son marginados en las ciudades, comúnmente viven en lugares inseguros y precarios debido a la falta de trabajos decentes para ciudadanos locales y extranjeros. En cuanto a la desigualdad de género, se ha establecido que las mujeres han sufrido más que los hombres los impactos del cambio climático, especialmente los que afectan a la agricultura y la higiene, además de su falta de capacidad migratoria. Estos impactos observados se intensificarán en el futuro si no se toman medidas. Son parte del cambio climático antropogénico que componen las amenazas.

En la región de NWS, como en otros países en desarrollo del mundo, la vulnerabilidad es alta debido a la pobreza, los desafíos de gobernabilidad, el acceso limitado a los servicios básicos, los conflictos violentos y los medios de vida sensibles al cambio climático. Sectores de la población como comunidades rurales, agricultores, ganaderos y comunidades pesqueras viven en la pobreza, la inequidad y la marginación. También viven en lugares más expuestos a desastres. En resumen, los eventos climáticos extremos junto con una alta vulnerabilidad y exposición resultan en un alto riesgo.

Las estrategias de adaptación y mitigación para reducir los riesgos antes mencionados deben integrarse con la conservación y restauración de la biodiversidad y el logro de los objetivos de desarrollo sostenible. Esto evitará la contradicción entre las estrategias de adaptación y mitigación y creará oportunidades de desarrollo sostenible. Un buen ejemplo de este tipo de estrategias es la conservación de los ecosistemas y la biodiversidad. Por lo tanto, el concepto de desarrollo de resiliencia climática (CRD, por sus siglas en inglés) se comunicó durante los eventos de divulgación haciendo especial énfasis en los diversos caminos que las sociedades pueden elegir hacia el desarrollo (Figura 1). Algunos caminos verdes hacia una mayor resiliencia climática ya no están disponibles pues se ha perdido la oportunidad de tomarlos debido a la continua emisión de gases de efecto invernadero; pronto, otros caminos también serán inalcanzables, por lo tanto, se hace un llamado urgente a la acción.

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Figura 1: Vías de desarrollo de la resiliencia climática tomadas del Capítulo 18 de la contribución del grupo de trabajo II al Sexto informe de Evaluación del IPCC (IPCC, 2022).

Una contribución importante de los eventos de divulgación a la discusión local sobre el cambio climático es la posibilidad de pasar del carácter descriptivo de los informes del IPCC y recomendaciones ocasionales a los pensamientos y propuestas de los expositores que incluyen visiones y perspectivas locales. Por ejemplo, los oradores mencionaron la importancia de los enfoques de abajo hacia arriba en la adaptación, lo que significa que el conocimiento de las comunidades indígenas puede ayudar a construir estrategias de adaptación más sólidas y prácticas, también es importante una participación real de los habitantes en la planificación de estrategias para implementar la adaptación. Además, se propusieron que los planes de adaptación deben considerar una visión interseccional de la desigualdad que incluya el género, pero también la edad, la etnia, las clases sociales y la ubicación. Los planes de adaptación también deben considerar que la migración de las áreas rurales a las ciudades no ha tenido éxito, por lo que es clave brindar mejores oportunidades en las áreas rurales. Estos pensamientos son especialmente importantes para los estudios locales, ya que los individuos y las comunidades se relacionan con el cambio climático de diferentes maneras según las estructuras de poder establecidas en cada contexto. Los desafíos especiales para la adaptación en los países en desarrollo surgen también de la falta de financiación, que es desigual en comparación con los países desarrollados y, por lo general, se centra en la mitigación. Sin embargo, también necesitamos acciones para fortalecer instituciones flexibles en los sectores público y privado y grupos sociales, construcción de capacidades, inversión en recursos humanos, acciones vinculadas a problemas de desarrollo, acceso a la información y diferentes tipos de conocimiento, gobernanza inclusiva, seguimiento y evaluación de adaptación (no toda adaptación tiene efectos positivos y necesitamos evaluarlos para proponer correcciones), ciencia transdisciplinaria que lleve a herramientas útiles y accesibles para los tomadores de decisiones.

Más allá de las nuevas teorías y formas de mostrar los caminos correctos hacia el desarrollo sostenible, como el concepto de resiliencia climática y muchos conceptos anteriores (por ejemplo, economía verde, modelo de economía de donas, etc.), necesitamos un cambio de paradigma. Esto incluye cambiar la forma en que nos relacionamos con la naturaleza. Como se mencionó, el conocimiento indígena puede ser clave en este aspecto. El equilibrio con la naturaleza se puede lograr con su visión de que los humanos estamos conectados en una red única en la que nuestras acciones tienen consecuencias en la naturaleza; a su vez, la naturaleza brinda servicios que solo podemos tener si protegemos los ecosistemas y mantenemos ese equilibrio. No existen soluciones tecnológicas para el cambio climático que los tomadores de decisiones puedan adoptar rápidamente, necesitamos una nueva forma de pensar. Parece que la única solución para ese cambio es educar a los jóvenes de nuestra sociedad para que tengan seres humanos con una visión conectada con la naturaleza que les permita tomar mejores decisiones.

Finalmente, los eventos de divulgación son importantes para dar a conocer a una amplia audiencia las bases de la ciencia climática, los impactos y las estrategias de adaptación y mitigación. Fue interesante ver que algunos de estos eventos se llevan a cabo entre científicos y otros sectores, como tomadores de decisiones. Esto es clave para que estos últimos presenten sus planes y propuestas y comprueben por sí mismos si están alineados con la evidencia y las recomendaciones del IPCC. Los científicos también tuvieron la oportunidad de contrarrestar las ideas de los tomadores de decisiones al afirmar que los planes deben implementarse, monitorearse y evaluarse y que las áreas rurales necesitan atención especial. El público en general también puede evaluar las contradicciones o similitudes entre los discursos de científicos y tomadores de decisiones. Un desafío importante que aún está pendiente es comunicar efectivamente los reportes a la audiencia pública. Surge la pregunta sobre cómo implementar acciones de cambio climático junto con las comunidades locales de los países en desarrollo donde se encuentran desafíos aún grandes, desde cubrir sus necesidades básicas.

Referencias:

IPCC. (2022). Climate Change 2022. Impacts, Adaptation and Vulnerability. (AR6 ed.). https://report.ipcc.ch/ar6wg2/pdf/IPCC_AR6_WGII_FinalDraft_FullReport.pdf

Ministerio del Ambiente, A. y T. E. del E. (2022). Conversatorio: Sexto Informe de Evaluación de los impactos, adaptación y vulnerabilidad al cambio climático del Panel Intergubernamenteal de Expertos de Cambio Climático (IPCC). https://www.facebook.com/AmbienteEc/videos/1328801937587261

NovoPangea. (2022). Conferencia NovoPangea LATAM y el Caribe 2022 | Día 2. Retrieved June 27, 2022. from https://www.youtube.com/watch?v=UYS9K888t5A

NovoPangea LATAM. (2022). Conferencia NovoPangea LATAM y el Caribe 2022 | Día 1. Retrieved June 27, 2022, from https://www.youtube.com/watch?v=QLz1ntgDv_o&t=2499s

REGATTA PNUMA. (2022). Informe del IPCC 2022, Mitigación: Implicaciones y cómo cumplir las metas de descarbonización en ALC – YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=bZU9rrp9rb0

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Descubrimiento de un sistema de agua subterránea salada debajo de la corriente de hielo Antártico

La existencia de cientos de lagos y ríos líquidos interconectados acunados dentro del hielo Antártico es de conocimiento desde inicios del milenio (Siegert et al., 2005), así mismo se sabe que el agua derretida de estos sistemas lubrica las bases de los glaciares, jugando un rol fundamental en la regulación de la velocidad del movimiento de hielo aguas abajo. Durante las ultimas décadas, debido a la falta de observaciones, nuestro conocimiento de la corriente de agua de hielo subterráneo Antártico se limitaba a las porciones poco profundas cerca de la interfaz del lecho de hielo. Sin embargo nuevos señalan las interacciones de agua subterranea profunda sobre este sistema/con la corriente de hielo, al confirmar la presencia de grandes cantidades de agua liquida en los sedimentos debajo del hielo.

El estudio, publicado el 6 de mayo de este año en la revista Science se llevó a cabo entre Noviembre de 2018 y Enero de 2019 por un equipo conformado por científicos de la Universidad de Columbia. Ellos lograron mapear in-situ por primera vez un sistema enorme de agua subterránea dentro de una cuenca sedimentaria de más de un kilómetro de espesor ubicada debajo corriente de hielo Whillans, ubicada en Antártida Occidental.

Figura 1: Chloe Gustafson, estudiante de postgrado y la alpinista Meghan Seifert instalando una estación magnetotelúrica (Key, 2019).

Por años, el uso de radares y otros instrumentos geofísicos han permitido obtener imágenes de las características del subsuelo Antártido, revelando cuencas sedimentarias intercaladas entre el hielo y la roca madre. Sin embargo, estas tecnologías presentan limitaciones pues solo permiten revelar los contornos aproximados, mas no el volumen de agua. Por otro lado, estudios que emplean métodos electromagnéticos (EM) han demostrado gran efectividad para el mapeo de agua subterránea pero solo dentro de los primeros cientos de metros de ambientes subglaciales. Como uno llevado a cabo en 2019 en los valles secos de McMurdo (Antártida) que logró documentar agua subterránea subglacial bajo menos de 350 metros de hielo (Foley et al., 2019). Sin embargo, la mayoria de cuencas sedimentarias conocidas en la Antártida son mucho más profundas y la mayor parte de su hielo es mucho más grueso, mas alla del alcance de este tipo de tecnologías.

Este estudio empleó por primera vez para estos propósitos, métodos magnotelúricos (MT) para colectar data en la salida de la corriente de hielo Whillans. Este método utiliza variaciones temporales naturales de los campos magnéticos y eléctricos de la Tierra para medir la resistividad eléctrica del en diferentes superficies, tales como hielo, sedimentos, agual dulce, agua salda y el lecho rocoso; permitiendo crear mapas de los diferentes elementos, tal como una resonancia magnética. Las lecturas fueron tomadas en pozos en mas de cuatro decenas de ubicaciones. Adicionalmente, se empleó data sísmica pasiva para ayudar a distinguir el lecho rocoso, los sedimentos y el hielo.

Figura 2: Pruebas para la instalación de un magnetómetro en la estación McMurdo (Key, 2019).

El estudio confirmó la presencia de agua líquida contenida dentro de los sedimentos. El análisis mostró que si se extrajera el agua de los sedimentos, se podría formar una columna de agua equivalente a 220 a 820 metros de altura. Este estudio también demostró disminución en la salinidad del agua subterránea a medida que la profundidad aumentaba. Esto se explicaría pues se cree que los sedimentos se formaron en un ambiente marino hace mucho tiempo, cuando el área de estudio estuvo cubierta por el océano hace unos 5000 a 7000 años, saturando los sedimentos con agua salada. Se cree que hoy en día el agua del hielo en la parte superior que se va derritiendo y filtrando, se mezcla con el agua de los sedimentos superiores. Demostrando la conexión física entre el sistema hidrológico profundo y superficial de hielo. Los investigadores dicen que este drenaje lento de agua dulce en los sedimentos podría evitar que se acumule agua en la base del hielo, actuando como un freno en el movimiento de avance del hielo. Así mismo, se plantea que si la superficie del hielo adelgazara, una posibilidad clara a medida que el clima se calienta, el agua profunda podría ascender hacia la parte superior del sistema. Esto podría lubricar aún más la base del hielo y aumentar su movimiento hacia adelante, el cual ya es de un metro por día.

La confirmación de la dinámica existente en el agua subterránea profunda ha transformado el entendimiento del comportamiento del flujo de hielo y conlleva a modificaciones de los modelos subglaciales de agua. Pues supone que agua superficial ascendente es otra fuente potencial de agua y calor. Se plantea también que si el agua subterránea comienza a moverse hacia arriba, transportaría oxígeno disuelto o carbono inorgánico utilizado por microbios encontrados en los sedimentos poco profundos, hacia la parte más superficial del sistema. Adicionalmente, se sugiere la existencia de flujo de agua subterránea lateral. El cual contiene no solo agua salina, pero también microbios marinos y cabono que se acumuló cuando los sedimentos marinos fueron depositados. Este carbono acumulado ingresando directamente al océano posiblemente convertiría a la Antártida en una fuente de carbono hasta ahora no considerada, afectando ademas la circulación del océano y sus dinámicas.

Referencias:

Columbia Climate School. (2022, Mayo 5). In sediments below Antarctic ice, scientists discover a giant groundwater system: Previously unmapped reservoirs could speed glaciers, release carbon. Recuperado Mayo 20, 2022 de www.sciencedaily.com/releases/2022/05/220505143225.htm

Electromagnetic Geophysics Laboratory. (n.d.). Salsa EM: Mapping Subglacial Groundwater in Antarctica. Recuperado Mayo 5, 2022, de https://emlab.ldeo.columbia.edu/index.php/projects/subglacial-em-mapping/

Foley, N., Tulaczyk, S. M., Grombacher, D., Doran, P. T., Mikucki, J., Myers, K. F., Foged, N., Dugan, H., Auken, E., & Virginia, R. (2019). Evidence for Pathways of Concentrated Submarine Groundwater Discharge in East Antarctica from Helicopter-Borne Electrical Resistivity Measurements. Hydrology, 6(2), 54. https://doi.org/10.3390/hydrology6020054

Gustafson, C. D., Key, K., Siegfried, M. R., Winberry, J. P., Fricker, H. A., Venturelli, R. A., & Michaud, A. B. (2022). A dynamic saline groundwater system mapped beneath an Antarctic ice stream. Science, 376(6593), 640–644. https://doi.org/10.1126/science.abm3301

Key, K. (2022, Mayo 5). In Sediments Below Antarctic Ice, Scientists Discover a Giant Groundwater System. State of the Planet. https://news.climate.columbia.edu/2022/05/05/in-sediments-below-antarctic-ice-scientists-discover-a-giant-groundwater-system/

Siegert, M., Carter, S., Tabacco, I., Popov, S., & Blankenship, D. (2005). A revised inventory of Antarctic subglacial lakes. Antarctic Science, 17(3), 453-460. doi:10.1017/S0954102005002889

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Guía de Buenas Prácticas sobre Conservación y Restauración de Humedales Altoandinos

Boris F. Ochoa-Tocachi, PhD: ATUK Consultoría Estratégica

Ana Elizabeth Ochoa-Sánchez, PhD: Universidad del Azuay

Las personas tienen una relación especial con la naturaleza. No es extraño ver que, incluso en ciudades muy densas y modernas, los espacios verdes sean oasis de descanso y entretenimiento y que muchas casas y departamentos tengan al menos una o dos masetas sembradas. En busca de maximizar la fertilidad del suelo, es posible adquirir tierra negra en varios viveros y mercados de la ciudad. Sin embargo, lo que varias personas ignoran, es que mucha de esa tierra negra es explotada y traída desde las turbas en los humedales de alta montaña.

 

Los humedales de alta montaña (punas, jalcas, Patagonia, bofedales, oconales, páramos y turberas) son sistemas ecohidrológicos que tienen una gran capacidad de almacenamiento de agua. Estos reservorios naturales pueden ser alimentados por fuentes superficiales de agua, como la escorrentía generada por eventos de lluvia, o por agua subterránea, como afloramientos o flujos de agua subsuperficiales. El agua recibida se puede almacenar sobre el suelo, debido a depresiones topográficas, y dentro del suelo, gracias a su alta porosidad. Los humedales pueden almacenar cantidades de agua tan altas como 2000 mm (es decir, una columna de 2 metros de altura de agua por cada metro cuadrado de superficie), las cuales pueden ser comparables con el caudal anual e incluso superiores a la precipitación anual de la cuenca a la que pertenece. El agua almacenada en el suelo es retenida durante el año por la presencia de capas con baja conductividad hidráulica vertical, tales como las arcillas. Posteriormente, el agua puede ser devuelta a quebradas y ríos aguas abajo por flujos laterales subsuperficiales. La capacidad de devolver el agua almacenada a la cuenca dependerá de la conectividad hidrogeológica del humedal. Un humedal hidrogeológicamente desconectado podrá tener flujos subterráneos poco profundos de respuesta rápida en el orden de semanas, mientras que un humedal conectado al acuífero podría presentar recarga profunda y tener un impacto sostenido a lo largo del año, incluyendo las temporadas secas.

Conservación y Restauración de Humedales Altoandinos
Figura 1. Fotografía de un bofedal de puna en la región de Chalhuanca, Arequipa, Perú.

Este estado permanentemente saturado de los humedales genera cambios químicos en sus suelos que se han venido desarrollando durante miles o hasta millones de años. Los suelos que se encuentran permanentemente húmedos acumulan materia orgánica y ralentizan su descomposición. Esta materia orgánica acumulada incrementa el contenido de carbono orgánico en el suelo. A su vez, un mayor contenido de carbono permite un mayor almacenamiento de agua, lo que resulta efectivamente en un círculo virtuoso entre los ciclos de agua y carbono. El carbono almacenado en los suelos convierte a los humedales en uno de los almacenes más importantes para la mitigación del cambio climático. Sin embargo, es precisamente este alto contenido de carbono el que vuelve a estos suelos negros y fértiles muy atractivos para los extractores ilegales, quienes los explotan para venderlo luego en viveros o mercados de la ciudad como abono o tierra orgánica. Este es un problema regional andino. Un reportaje del periódico Ojo Público de Perú reportó que entre 2012 y 2015 el área de humedales altoandinos se redujo en casi 5,000 hectáreas en ese país (una superficie ligeramente mayor a la que ocupa toda la ciudad de Ambato). El “negocio para pocos” de la tierra negra seguía fluyendo desde las altas montañas hasta las ciudades generando conflictos sociales y violentos con las comunidades locales que habitan en las zonas altoandinas. Mientras algunos pobladores tratan de defenderlos de un vacío legal, especialistas empiezan a comparar su depredación con la de la minería ilegal. De igual forma, en Ecuador, no es extraño encontrar tierra negra explotada de los humedales altoandinos en viveros y mercados populares en zonas como Nayón y otras.

 

Los humedales altoandinos, no solamente están amenazados por la depredación ilegal. Sus suelos son particularmente sensibles a cambios en el ciclo del agua inducidos por la erosión de quebradas, construcción de drenajes, sequías prolongadas y los usos del suelo para actividades agrícolas y ganaderas intensas. La degradación de suelos ocasiona pérdida de la vegetación, aumento de escorrentía, reducción de infiltración de agua en el suelo, reducción en la productividad, entre otros impactos. La ganadería intensiva modifica las características físicas del suelo produciendo compactación, la cual es una de las formas más severas de degradación de suelos. Esta compactación de suelos tiene consecuencias dramáticas en la hidrología de los humedales pues inhibe la infiltración, disminuye la disponibilidad de agua, aumenta la escorrentía y la erosión. Todo esto lleva a un impacto en los ecosistemas y en las mismas comunidades locales. Por ejemplo, las comunidades locales, al experimentar una disminución de la disponibilidad o calidad del agua para sus cultivos y otras actividades productivas aguas abajo, pueden profundizar su dependencia en la ganadería. Esto conlleva a incrementar el número de animales y a extender las zonas de pastoreo aguas arriba. El sobrepastoreo, a su vez, disminuye aún más la capacidad de almacenamiento y regulación del agua por compactación de los suelos en los humedales y ecosistemas cercanos, lo cual reduce todavía más la disponibilidad de agua en los periodos de estiaje. El estrés hídrico resultante obliga a las comunidades a buscar zonas de pastoreo cada vez más altas y cercanas a las fuentes de agua, profundizando esta dependencia en la ganadería, el sobrepastoreo y otras prácticas no sostenibles. Esta espiral de pobreza y degradación debe ser rota y revertida mediante la restauración y conservación de los humedales y ecosistemas altoandinos, así como mediante el mejoramiento y diversificación de las prácticas productivas para evitar la ocupación del suelo aguas arriba y en fuentes de agua.

 

La Convención RAMSAR, firmada en Ramsar, Irán en 1967, propone la conservación y uso racional de los humedales mediante esfuerzos locales, nacionales y con cooperación internacional. En el marco de esta Convención, los documentos más actuales y pertinentes son la Estrategia Regional para Conservación y Uso Sostenible de Humedales Altoandinos y el Cuarto Plan Estratégico de RAMSAR para 2016–2024. Los objetivos desarrollados en estos documentos requieren de la aplicación local y nacional y, además, de intercambio de información y experiencias a fin de dar un adecuado seguimiento al estado de conservación en el que se encuentran los humedales e implementar acciones conjuntas enfocadas en su restauración. El Fondo para la Protección del Agua (FONAG) en coordinación con el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica del Ecuador (MAATE) gestionaron la elaboración de una Guía de Buenas Prácticas sobre Conservación y Restauración de Humedales Altoandinos (Ochoa-Sánchez et al., 2021) basada en documentos científicos y técnicos que promuevan la conservación y el manejo sostenible de los humedales altoandinos.

Conservación y Restauración de Humedales Altoandinos
Figura 2. Portada de la Guía de Buenas Prácticas sobre Conservación y Restauración de Humedales Altoandinos (Ochoa-Sánchez et al., 2021).

La Guía de Buenas Prácticas sobre Conservación y Restauración de Humedales Altoandinos que es el resultado de lo que cada uno de los países andinos aportó para este crear este documento colaborativo.  Esperamos que sirva de aporte para desarrollar más la temática y continuar en contacto para compartir experiencias y aprendizajes.

Español:

Link de descarga: http://www.fonag.org.ec/web/wp-content/uploads/2021/12/Buenas-Practicas-Conservacion-y-Restauracion-de-HAA-15-11-2021.pdf

Inglés:

Link de descarga: http://www.fonag.org.ec/web/wp-content/uploads/2021/12/Good-Practices-Conservation-and-Restoration-of-HAA-15-11-2021.pdf

La misma relación especial que tenemos las personas con la naturaleza nos debe guiar a conservar, proteger, restaurar y manejar sosteniblemente los humedales y ecosistemas altoandinos: son fuentes de agua, almacenes de carbono, paisajes culturales y reservas de biodiversidad. Las presentes y futuras generaciones dependemos de su salud y conservación.

Referencias:

  • Convención de Ramsar y Grupo de Contacto EHAA. (2008). Estrategia Regional para la Conservación y Uso Sostenible de Humedales Altoandinos.
  • Cooper et al. (2019). Drivers of peatland water table dynamics in the central Andes, Bolivia and Peru. Hydrological Processes. 33: 1913– 1925.
  • Cuadros-Adriazola, J (2020). Hydrology of high-Andean ‘bofedales’ wetlands: A conceptual model. MSc thesis, Imperial College London.
  • Ochoa-Sánchez et al. (2021). Guía de Buenas Prácticas sobre Conservación y Restauración de Humedales Altoandinos. Fondo para la Protección del Agua y Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica del Ecuador, RAMSAR, ISBN: 978-9942-8807-1-0.
  • Patiño et al. (2021). Influence of land use on hydro-physical soil properties of Andean páramos and its effect on streamflow buffering. Catena, 202: 105227.
  • (2014). Ramsar. La Convención Sobre Los Humedales y Su Misión. https://www.ramsar.org/es/acerca-de/la-convencion-sobre-los-humedales-y-su-mision
  • (2015). El Cuarto Plan Estratégico para 2016 – 2024.
  • Valois et al. (2020). Characterizing the water storage capacity and hydrological role of mountain peatlands in the arid Andes of North-Central Chile. Water, 12: 1071.
  • Valois et al. (2021). Improving the underground structural characterization and hydrological functioning of an Andean peatland using geoelectrics and water stable isotopes in semi-arid Chile. Environmental Earth Sciences, 80: 41.
  • Ziegler et al. (2020) Arrasar la tierra: una comunidad resiste el tráfico de humedales. Ojo Público. https://ojo-publico.com/1946/arrasar-la-tierra-el-trafico-de-humedales-en-sierra-de-lima

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Tendencias climáticas y de la temperatura superficial del océano en las Islas Galápagos

La ubicación de las islas Galápagos las exponen a condiciones oceanográficas y climatológicas variadas que afecta la distribución de las especies marinas y hábitats a través del archipiélago. La zona de convergencia intertropical (ITCZ por sus siglas en inglés) y la oscilación del sur de El Niño (ENSO por sus siglas en inglés), en conjunto con un complejo sistema de corrientes oceánicas y vientos, gobiernan la dinámica climática regional (Trueman & D’Ozouville, 2010).

 

Los cambios climáticos en el océano también tienen repercusiones socioeconómicas. Oscilaciones en la temperatura superficial marina usualmente están ligadas a variaciones en la abundancia y distribución de peces (Edgar, 2010). Estos cambios afectan la pesca artesanal dentro de las islas, de la cuales dependen el consumo local y las exportaciones internacionales.

 

Finalmente, existen graves implicaciones en la seguridad alimenticia y de acceso al agua potable ante un evento de cambio climático en el archipiélago. La población de las islas es de aproximadamente 25 000 habitantes, sin embargo, la cantidad de turistas que pueden llegar anualmente es de 270 000 (Dirección del Parque Nacional Galápagos, 2019). Condiciones de sequía o un atraso de la época de lluvias, dificultaría el acceso al suministro de agua para consumo o riego, declarando estados de emergencia.

 

Teniendo en cuenta estas condiciones, investigadores de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), Galapagos Science Center (GSC), Universidad de Oxford y de la Universidad de Las Américas (UDLA) describieron las tendencias entre 1981-2017 de precipitación y temperatura en Santa Cruz y San Cristóbal; analizaron las tendencias históricas de la temperatura superficial del océano para la Reserva Marina Galápagos y finalmente, generaron proyecciones de las variables climáticas terrestres (Paltán et al., 2021).    

La temperatura promedio terrestre en los últimos 35 años ha visto un incremento de 0,6°C en regiones con una altitud menor a 250 m s.n.m., mientras que en las tierras altas del archipiélago (por encima de los 250 m s.n.m.) se ha notado un incremento de 0,21°C. Es importante recalcar que en las tierras altas se ha visto un aumento de temperatura en las épocas secas (junio-noviembre), mientras que en las zonas costeras el patrón es inverso: el promedio de temperatura más alto se encuentra en la época lluviosa (diciembre-mayo).

 

En el caso de la precipitación, se observa un descenso significante de la cantidad de lluvia en la última década. Tanto Santa Cruz como San Cristóbal se han vuelto un 45% más secas en promedio en desde el año 2000. Además, en la actualidad el inicio de la temporada de lluvias se ha retrasado 20 días.

Temperatura Océano Galápagos

Figura 1: Valores de precipitación y temperatura promedio anual observadas por las estaciones meteorológicas de Santa Cruz y San Cristóbal entre 1981 y 2017 para: a) Zonas costeras, b) Tierras altas. Fuente: Paltán et al., 2021.

Las proyecciones muestran que la precipitación y la temperatura seguirán aumentando en las tres islas principales del archipiélago (Isabela, San Cristóbal y Santa Cruz). Se calcula un incremento del 30 y 45% de la precipitación promedio anual para el 2050. En términos de temperatura, los estimados indican un aumento de entre 1,4 a 1,9°C para 2050.

Los análisis de la temperatura de la superficie del océano indican que ha habido un incremento de 0,06°C por año en las décadas recientes. Para el período 2002-2018 hubo un incremento total de 1,2°C en la Reserva Marina Galápagos.

Temperatura Océano Galápagos

Figura 2: Anomalías promedio anuales en la temperatura de la superficie oceánica en grados para el período 2002-2018. Fuente: Paltán et al., 2021.

Los resultados indican la tendencia general al incremento de temperatura tanto en el aire como en la superficie del océano. Ante estos escenarios, es necesario implementar enfoques basados en riesgos climáticos como la base para la planificación de estrategias en los sectores de suministro de agua, alimentos y conservación en las islas Galápagos. Estas estrategias deben ser sólidas ante una amplia gama de condiciones climáticas potencialmente inciertas, pero a la vez flexibles para permitir a las islas adaptarse a escenarios futuros heterogéneos climáticos y no climáticos.

Referencias:

Dirección del Parque Nacional Galápagos. (2019). Informe Anual de Visitantes a las áreas protegidas de Galápagos.

Edgar, G. J. (2010). El Niño, grazers and fisheries interact to greatly elevate extinction risk for Galapagos marine species. Global Change Biology, 16, 2876–2890.

Paltán, H. A., Benitez, F. L., Rosero, P., Escobar-Camacho, D., Cuesta, F., & Mena, C. F. (2021). Climate and sea surface trends in the Galapagos Islands. Scientific Reports, 11(1), 1–13. Retrieved from https://doi.org/10.1038/s41598-021-93870-w

Trueman, M., & D’Ozouville, N. (2010). Characterizing the Galapagos terrestrial climate in the face of global climate change. Galapagos Res, 67, 26–37.

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