Retorno sobre la inversión en soluciones basadas en la naturaleza para el Agua

Autores y afiliaciones:

Ing. Boris F. Ochoa-Tocachi, PhD: ATUK Consultoría Estratégica
Eco. Eric Ochoa-Tocachi, MSc: ATUK Consultoría Estratégica

Artículo:

Los enfoques tradicionales para la seguridad hídrica basados en infraestructura “gris” (p.ej., presas, reservorios, canales) son costosos e inflexibles, lo que ha incrementado el interés en aplicar soluciones basadas en la naturaleza (SBN) para el agua. Las SBN son definidas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como “acciones para proteger gestionar y restaurar de manera sostenible los ecosistemas naturales o modificados para hacer frente a los desafíos sociales de manera efectiva y adaptativa, proporcionando simultáneamente beneficios para el bienestar humano y la biodiversidad” (UICN, 2016). Entonces, las SBN para el agua no necesariamente se refieren a los ecosistemas “naturales” prístinos, sino al manejo proactivo de los procesos naturales para resolver un problema relacionado con el agua –de ahí el término “solución”– o, ante la ausencia de un problema crítico, para producir co-beneficios (UNESCO, 2018). El paraguas de SBN incluye conceptos como soluciones naturales, adaptación basada en ecosistemas (AbE), reducción de riesgo de desastres basada en ecosistemas (Eco-RRD), infraestructura verde, natural y ecológica, protección de fuentes hídricas, entre otras (UICN, 2020).

Sin embargo, la adopción de SBN está aún limitada por la falta de evidencia publicada sobre su efectividad y viabilidad económica. ATUK Consultoría Estratégica (2020) desarrolló una metodología para calcular el retorno sobre la inversión (ROI por sus siglas en inglés) en SBN para la conservación de cuencas hídricas y la aplicó para calcular el ROI del Fondo para la Protección del Agua (FONAG) de Quito (ver Figuras a, b, c, d). Esta metodología es aplicable también a otros fondos de agua u otras iniciativas, proyectos, programas o instituciones que implementan SBN para el agua o intervenciones sobre la infraestructura natural. El objetivo es calcular cuáles son los beneficios hidrológicos (o además ecológicos, sociales y ecosistémicos) de las intervenciones de conservación hídrica implementadas, y cómo esos beneficios hidrológicos pueden reflejarse en beneficios económicos.

¿Qué es el ROI?

El retorno sobre la inversión (ROI) es un indicador que mide la rentabilidad de una inversión, es decir, la relación que existe entre los beneficios producidos y la inversión necesaria para alcanzar dichos beneficios. En términos simples, el ROI nos indica cuántos dólares ganamos por cada dólar que invertimos en un negocio. Desde un enfoque ambiental, tal como el de los fondos de agua, utilizamos un marco analítico de tres etapas: 1) definición del portafolio de intervenciones de SBN; 2) modelación hidrológica o biofísica de los ecosistemas y fuentes de agua; y, 3) análisis económico basado en un entendimiento del uso y valor de los servicios ecosistémicos.

  • En la primera etapa, identificamos dónde, cuándo y qué se implementa en el “portafolio de SBN” para contribuir a la protección, conservación, manejo y recuperación de las fuentes hídricas, así como su mantenimiento, operación y sostenibilidad en el largo plazo. Es necesario considerar que los costos de las SBN no se limitan a la implementación inicial de las acciones, sino un fuerte componente involucra la inversión en el mantenimiento de estas acciones en el tiempo (Figura b, barras amarillas).
  • En la segunda etapa, relacionamos este portafolio con información, datos y entendimiento del sistema biofísico para modelar computacionalmente el potencial impacto de las intervenciones sobre las fuentes hídricas (Figura a). A este impacto lo llamamos “beneficios hidrológicos”, los cuales resultan de mantener y mejorar la provisión de servicios ecosistémicos, tales como mayor disponibilidad de agua y mejor calidad o temporalidad. La temporalidad es conocida como el servicio de regulación hidrológica, por ejemplo, contar con agua en los periodos de escasez es beneficioso, mientras que el exceso de agua en los periodos de abundancia podría no ser aprovechado y más bien producir problemas como inundaciones.
  • En la tercera etapa, estos beneficios hidrológicos se traducen en beneficios económicos, mediante su “monetización”, es decir, asignándoles un valor económico (Figura b). Para esto, los resultados hidrológicos son conducidos por las diferentes fases del proceso de producción de agua potable y estimando los costos, ingresos, inversiones y beneficios resultantes de la utilización comercial del agua. Así, relacionamos la cantidad, calidad y temporalidad del agua en cada fase y sistema de producción con el costo asociado y el ingreso producido. El resultado es un flujo financiero en el tiempo (Figura c).

¿Cómo estimamos las ganancias y las pérdidas?

Para poder estimar los beneficios producidos por el portafolio de SBN, y para diferenciarlos de lo que sucedería si no se implementa dicho portafolio, utilizamos escenarios de modelación. Los escenarios considerados aquí son tres: BASE, BAU y SBN (Figura a). El escenario BASE es el estado actual del ecosistema y se utiliza para calibrar el modelo de simulación hidrológica y como “estándar” de comparación entre los escenarios. El escenario BAU (siglas en inglés de “Business as Usual”) es aquel que representa lo que sucedería si no implementamos acciones de conservación, manejo o recuperación de las fuentes hídricas. El escenario SBN es aquel que representa la implementación de las intervenciones definidas en el portafolio de SBN para las fuentes hídricas.

¿Cómo simulamos los impactos a futuro?

Para la modelación hidrológica, ATUK Consultoría Estratégica desarrolló un modelo computacional ajustado a las necesidades, requerimientos, recursos y capacidades del FONAG. El FONAG ha venido produciendo información climática e hidrológica desde su creación en el año 2000, y ha sido un impulsor de la generación de nuevo conocimiento y entendimiento de los procesos en los ecosistemas fuentes de agua. El modelo hidrológico FONAG 2.1 by ATUK asimila datos climáticos de precipitación, temperatura y evapotranspiración, así como mapas de elevación, usos y cobertura de suelos, abstracciones y retornos de caudal para simular el funcionamiento de las cuencas hidrográficas del FONAG. Los resultados obtenidos son caudales mensuales y cargas de compuestos transportados en el agua. En este estudio, los resultados muestran que en el escenario BAU, si no se implementasen acciones de conservación, manejo y restauración de las fuentes hídricas, los servicios ecosistémicos decaerían en el tiempo (Figura a, línea naranja). En contraste, el portafolio de SBN ayuda a mejorar el desempeño de las fuentes de agua, aún si en el futuro las condiciones decaen, manteniéndose al menos en un estado mejor que en el escenario BAU (Figura a, línea verde).

¿Cómo evaluamos los beneficios económicos?

En la evaluación económica de los resultados hidrológicos aplicamos además un análisis financiero detallado. Para analizar los beneficios futuros de las inversiones presentes se descuenta el valor del dinero futuro para “traerlo” a su valor actual neto (VAN) equivalente (Figura b y c). ¿Por qué? Porque en términos financieros, es mejor disponer de beneficios en el presente que en el futuro, es decir, el dinero vale más hoy que mañana. Para esto, aplicamos una tasa de descuento (r) al flujo financiero igual a 3.46%, la cual es utilizada por la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Alcantarillado de Quito (EPMAPS) para evaluar proyectos de infraestructura gris convencional. Los beneficios brutos son la suma entre las ganancias esperadas en el escenario SBN y las pérdidas evitadas del escenario BAU (Figura b, barras verdes y naranjas). Es decir, el beneficio no solamente se da por mejorar el estado de las fuentes hídricas mediante las SBN, sino además por evitar el daño y la degradación futura que podría darse por la deforestación, la degradación del suelo, la expansión de la frontera agrícola, las quemas, entre otras posibilidades del escenario BAU. En este estudio, los beneficios económicos brutos obtenidos por la implementación del portafolio de SBN (Figura c, línea azul) superan a las inversiones realizadas (Figura c, línea amarilla), es decir, se obtienen beneficios netos positivos en el largo plazo (Figura c, línea morada).

¿Cómo calculamos el retorno sobre la inversión?

Finalmente, tenemos los insumos necesarios para estimar el ROI a través de su fórmula: beneficios netos divididos para la inversión (Figura d). Cuando el resultado es positivo, ganamos; cuando es negativo, perdemos. En este estudio, consideramos una inversión aproximada que el FONAG ha realizado entre 2016 a 2020 de USD 11.05 millones en SBN para las fuentes de agua, sumada a una inversión adicional estimada de USD 29.12 millones en mantenimiento de estas SBN desde 2021 a 2080. Estas inversiones producirían un beneficio bruto de USD 92.67 millones solamente en la producción de agua potable para Quito (Figura c). El año de recuperación es alrededor de 2031, a partir del cual se comienzan a obtener ganancias netas (Figura d). El VAN resultante del beneficio neto es de USD 52.50 millones, y el ROI estimado es 131% para el 2080. Es decir, por cada 1 dólar que el FONAG invierte en SBN para las fuentes hídricas de Quito, se recupera dicho dólar y se producen ganancias adicionales de 1 dólar y 31 centavos más, solamente como resultado de implementar el portafolio de SBN. Incluso si considerásemos que el dinero futuro vale menos (tasa de descuento r=9%), el ROI es positivo y las inversiones se recuperan desde el año 2036. En contraste, si la degradación de ecosistemas se profundiza en los siguientes años, las inversiones en la conservación, manejo y recuperación de cuencas fuentes de agua se vuelve mucho más relevante y podría representar un ROI de hasta 204% (Figura d, rango de resultados en sombra morada). Aquí no consideramos acciones adicionales de SBN que el FONAG seguirá realizando durante su vida institucional hasta el 2080, así como los beneficios extra que esto puede representar frente a los impactos negativos del cambio climático. Estas acciones podrían incrementar aún más el valor y los beneficios netos de invertir en SBN para la seguridad hídrica.

La metodología desarrollada por ATUK Consultoría Estratégica para el FONAG es flexible y replicable en otros estudios, y puede además utilizarse para considerar co-beneficios que pueden incluir elementos como carbono, biodiversidad, impactos sociales u otros servicios ecosistémicos que pueden ser valorizados. Un portafolio de intervenciones en los ecosistemas genera muchos más beneficios que solo los hídricos, es decir, genera también un “portafolio de beneficios”. Estos diferentes beneficios son relevantes de acuerdo con el actor del ecosistema o la institución enfocada. Definir los beneficios biofísicos relevantes y su posterior traducción en beneficios económicos es una tarea fundamental que guía todo el ejercicio de evaluación. Este proceso solamente puede ser exitoso si se cuenta con datos, información y un entendimiento profundo, tanto de los ecosistemas cuanto del “giro de negocio” evaluado. Nuestra metodología es transparente y robusta, y demuestra que es posible cuantificar los impactos, tanto positivos como negativos, de las acciones humanas sobre los ecosistemas y de las soluciones basadas en la naturaleza. Además, demuestra que la cooperación interinstitucional y la diversificación de soluciones grises y verdes puede ser más efectiva, rentable y sostenible en el largo plazo que las soluciones unidimensionales. Los fondos de agua, como el FONAG, son el ejemplo perfecto de que esto es posible.

ROI Agua - ATUK
Figura 1. Fotografía de un bofedal de puna en la región de Chalhuanca, Arequipa, Perú.

Referencias:

  • ATUK Consultoría Estratégica, 2020. Impacto del FONAG sobre las fuentes de agua para Quito (Fondo para la Protección del Agua: Quito, Ecuador).
  • UICN, 2016. Cohen-Shacham, E., Walters, G., Janzen, C. & Maginnis, S. Nature-Based Solutions to Address Global Societal Challenges (International Union for Conservation of Nature: Gland, Switzerland).
  • UICN, 2020. Guidance for using the IUCN Global Standard for Nature-based Solutions. A user friendly framework for the verification, design and scaling up of Nature-based Solutions (International Union for Conservation of Nature: Gland, Switzerland).
  • UNESCO, 2020. The United Nations World Water Development Report 2018: Nature-Based Solutions for Water (UN-Water UNESCO World Water Assessment Programme: Paris, France).

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Guía de Buenas Prácticas sobre Conservación y Restauración de Humedales Altoandinos

Boris F. Ochoa-Tocachi, PhD: ATUK Consultoría Estratégica

Ana Elizabeth Ochoa-Sánchez, PhD: Universidad del Azuay

Las personas tienen una relación especial con la naturaleza. No es extraño ver que, incluso en ciudades muy densas y modernas, los espacios verdes sean oasis de descanso y entretenimiento y que muchas casas y departamentos tengan al menos una o dos masetas sembradas. En busca de maximizar la fertilidad del suelo, es posible adquirir tierra negra en varios viveros y mercados de la ciudad. Sin embargo, lo que varias personas ignoran, es que mucha de esa tierra negra es explotada y traída desde las turbas en los humedales de alta montaña.

 

Los humedales de alta montaña (punas, jalcas, Patagonia, bofedales, oconales, páramos y turberas) son sistemas ecohidrológicos que tienen una gran capacidad de almacenamiento de agua. Estos reservorios naturales pueden ser alimentados por fuentes superficiales de agua, como la escorrentía generada por eventos de lluvia, o por agua subterránea, como afloramientos o flujos de agua subsuperficiales. El agua recibida se puede almacenar sobre el suelo, debido a depresiones topográficas, y dentro del suelo, gracias a su alta porosidad. Los humedales pueden almacenar cantidades de agua tan altas como 2000 mm (es decir, una columna de 2 metros de altura de agua por cada metro cuadrado de superficie), las cuales pueden ser comparables con el caudal anual e incluso superiores a la precipitación anual de la cuenca a la que pertenece. El agua almacenada en el suelo es retenida durante el año por la presencia de capas con baja conductividad hidráulica vertical, tales como las arcillas. Posteriormente, el agua puede ser devuelta a quebradas y ríos aguas abajo por flujos laterales subsuperficiales. La capacidad de devolver el agua almacenada a la cuenca dependerá de la conectividad hidrogeológica del humedal. Un humedal hidrogeológicamente desconectado podrá tener flujos subterráneos poco profundos de respuesta rápida en el orden de semanas, mientras que un humedal conectado al acuífero podría presentar recarga profunda y tener un impacto sostenido a lo largo del año, incluyendo las temporadas secas.

Conservación y Restauración de Humedales Altoandinos
Figura 1. Fotografía de un bofedal de puna en la región de Chalhuanca, Arequipa, Perú.

Este estado permanentemente saturado de los humedales genera cambios químicos en sus suelos que se han venido desarrollando durante miles o hasta millones de años. Los suelos que se encuentran permanentemente húmedos acumulan materia orgánica y ralentizan su descomposición. Esta materia orgánica acumulada incrementa el contenido de carbono orgánico en el suelo. A su vez, un mayor contenido de carbono permite un mayor almacenamiento de agua, lo que resulta efectivamente en un círculo virtuoso entre los ciclos de agua y carbono. El carbono almacenado en los suelos convierte a los humedales en uno de los almacenes más importantes para la mitigación del cambio climático. Sin embargo, es precisamente este alto contenido de carbono el que vuelve a estos suelos negros y fértiles muy atractivos para los extractores ilegales, quienes los explotan para venderlo luego en viveros o mercados de la ciudad como abono o tierra orgánica. Este es un problema regional andino. Un reportaje del periódico Ojo Público de Perú reportó que entre 2012 y 2015 el área de humedales altoandinos se redujo en casi 5,000 hectáreas en ese país (una superficie ligeramente mayor a la que ocupa toda la ciudad de Ambato). El “negocio para pocos” de la tierra negra seguía fluyendo desde las altas montañas hasta las ciudades generando conflictos sociales y violentos con las comunidades locales que habitan en las zonas altoandinas. Mientras algunos pobladores tratan de defenderlos de un vacío legal, especialistas empiezan a comparar su depredación con la de la minería ilegal. De igual forma, en Ecuador, no es extraño encontrar tierra negra explotada de los humedales altoandinos en viveros y mercados populares en zonas como Nayón y otras.

 

Los humedales altoandinos, no solamente están amenazados por la depredación ilegal. Sus suelos son particularmente sensibles a cambios en el ciclo del agua inducidos por la erosión de quebradas, construcción de drenajes, sequías prolongadas y los usos del suelo para actividades agrícolas y ganaderas intensas. La degradación de suelos ocasiona pérdida de la vegetación, aumento de escorrentía, reducción de infiltración de agua en el suelo, reducción en la productividad, entre otros impactos. La ganadería intensiva modifica las características físicas del suelo produciendo compactación, la cual es una de las formas más severas de degradación de suelos. Esta compactación de suelos tiene consecuencias dramáticas en la hidrología de los humedales pues inhibe la infiltración, disminuye la disponibilidad de agua, aumenta la escorrentía y la erosión. Todo esto lleva a un impacto en los ecosistemas y en las mismas comunidades locales. Por ejemplo, las comunidades locales, al experimentar una disminución de la disponibilidad o calidad del agua para sus cultivos y otras actividades productivas aguas abajo, pueden profundizar su dependencia en la ganadería. Esto conlleva a incrementar el número de animales y a extender las zonas de pastoreo aguas arriba. El sobrepastoreo, a su vez, disminuye aún más la capacidad de almacenamiento y regulación del agua por compactación de los suelos en los humedales y ecosistemas cercanos, lo cual reduce todavía más la disponibilidad de agua en los periodos de estiaje. El estrés hídrico resultante obliga a las comunidades a buscar zonas de pastoreo cada vez más altas y cercanas a las fuentes de agua, profundizando esta dependencia en la ganadería, el sobrepastoreo y otras prácticas no sostenibles. Esta espiral de pobreza y degradación debe ser rota y revertida mediante la restauración y conservación de los humedales y ecosistemas altoandinos, así como mediante el mejoramiento y diversificación de las prácticas productivas para evitar la ocupación del suelo aguas arriba y en fuentes de agua.

 

La Convención RAMSAR, firmada en Ramsar, Irán en 1967, propone la conservación y uso racional de los humedales mediante esfuerzos locales, nacionales y con cooperación internacional. En el marco de esta Convención, los documentos más actuales y pertinentes son la Estrategia Regional para Conservación y Uso Sostenible de Humedales Altoandinos y el Cuarto Plan Estratégico de RAMSAR para 2016–2024. Los objetivos desarrollados en estos documentos requieren de la aplicación local y nacional y, además, de intercambio de información y experiencias a fin de dar un adecuado seguimiento al estado de conservación en el que se encuentran los humedales e implementar acciones conjuntas enfocadas en su restauración. El Fondo para la Protección del Agua (FONAG) en coordinación con el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica del Ecuador (MAATE) gestionaron la elaboración de una Guía de Buenas Prácticas sobre Conservación y Restauración de Humedales Altoandinos (Ochoa-Sánchez et al., 2021) basada en documentos científicos y técnicos que promuevan la conservación y el manejo sostenible de los humedales altoandinos.

Conservación y Restauración de Humedales Altoandinos
Figura 2. Portada de la Guía de Buenas Prácticas sobre Conservación y Restauración de Humedales Altoandinos (Ochoa-Sánchez et al., 2021).

La Guía de Buenas Prácticas sobre Conservación y Restauración de Humedales Altoandinos que es el resultado de lo que cada uno de los países andinos aportó para este crear este documento colaborativo.  Esperamos que sirva de aporte para desarrollar más la temática y continuar en contacto para compartir experiencias y aprendizajes.

Español:

Link de descarga: http://www.fonag.org.ec/web/wp-content/uploads/2021/12/Buenas-Practicas-Conservacion-y-Restauracion-de-HAA-15-11-2021.pdf

Inglés:

Link de descarga: http://www.fonag.org.ec/web/wp-content/uploads/2021/12/Good-Practices-Conservation-and-Restoration-of-HAA-15-11-2021.pdf

La misma relación especial que tenemos las personas con la naturaleza nos debe guiar a conservar, proteger, restaurar y manejar sosteniblemente los humedales y ecosistemas altoandinos: son fuentes de agua, almacenes de carbono, paisajes culturales y reservas de biodiversidad. Las presentes y futuras generaciones dependemos de su salud y conservación.

Referencias:

  • Convención de Ramsar y Grupo de Contacto EHAA. (2008). Estrategia Regional para la Conservación y Uso Sostenible de Humedales Altoandinos.
  • Cooper et al. (2019). Drivers of peatland water table dynamics in the central Andes, Bolivia and Peru. Hydrological Processes. 33: 1913– 1925.
  • Cuadros-Adriazola, J (2020). Hydrology of high-Andean ‘bofedales’ wetlands: A conceptual model. MSc thesis, Imperial College London.
  • Ochoa-Sánchez et al. (2021). Guía de Buenas Prácticas sobre Conservación y Restauración de Humedales Altoandinos. Fondo para la Protección del Agua y Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica del Ecuador, RAMSAR, ISBN: 978-9942-8807-1-0.
  • Patiño et al. (2021). Influence of land use on hydro-physical soil properties of Andean páramos and its effect on streamflow buffering. Catena, 202: 105227.
  • (2014). Ramsar. La Convención Sobre Los Humedales y Su Misión. https://www.ramsar.org/es/acerca-de/la-convencion-sobre-los-humedales-y-su-mision
  • (2015). El Cuarto Plan Estratégico para 2016 – 2024.
  • Valois et al. (2020). Characterizing the water storage capacity and hydrological role of mountain peatlands in the arid Andes of North-Central Chile. Water, 12: 1071.
  • Valois et al. (2021). Improving the underground structural characterization and hydrological functioning of an Andean peatland using geoelectrics and water stable isotopes in semi-arid Chile. Environmental Earth Sciences, 80: 41.
  • Ziegler et al. (2020) Arrasar la tierra: una comunidad resiste el tráfico de humedales. Ojo Público. https://ojo-publico.com/1946/arrasar-la-tierra-el-trafico-de-humedales-en-sierra-de-lima

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